Unas vallas impedían ayer el paso de vehículos en la primera línea de la playa de Almassora. Tampoco hubo nadie que se atreviera, habida cuenta del fuerte oleaje y la cantidad de piedras arrastradas a la calzada. Ignacio Martínez contemplaba el impactante panorama desde la entrada de su casa. Explicaba que la de ayer fue «la primera vez que entra agua en mi casa, nunca lo había visto de esta manera», por lo que a mediodía ya estaba preparando su traslado a casa de unos familiares, en el centro de la ciudad, para pasar la noche a resguardo de las inclemencias. La mayor parte de vecinos que residen en la zona más afectada ya dieron el paso durante la mañana.

Mientras tanto, había curiosos que observaban el espectáculo de la naturaleza e inmortalizaban en el momento con sus móviles. Era el caso de Paqui Roca, que había venido desde Castelló adrede. Esperan que el mar vuelva pronto a la calma para recobrar la rutina.

MONCOFA / Una de las familias que lleva sin salir de sus casas desde que arreció el temporal es la de Inma Salaj Cortés, que reside en la zona sur de la playa de Moncofa y tuvo que ver cómo la calle contaba con más de 60 centímetros de agua. Las consecuencias fueron que sus dos hijos no pudieron acudir al colegio y su marido tampoco fue capaz de ir a trabajar. Tal y como ella misma relató, «llevamos más de 24 horas incomunicados la verdad es que como sabíamos que venía un temporal fuerte, con antelación ya habíamos comprado comida suficiente y productos de primera necesidad para varios días». Una acción planificada desde que supieron la que se avecinaba, y de la que tenían precedente, «porque este problema ya lo habíamos padecido hacía unos años». Vivir cerca del mar es un privilegio, pero en ciertos días el sentimiento se suma a la preocupación por no poder salir de las casas.