El nuevo jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Alejandro Luzón, se estrenó en su cargo, del que tomó posesión la semana pasada, con la operación Soule, en la que ayer detenido el presidente de la RFEF, Ángel María Villar, y su hijo Gorka.

Para Luzón no es una novedad la lucha contra la corrupción en el fútbol. Poco antes de incorporarse a la Secretaría Técnica como teniente fiscal y dejar la Fiscalía Anticorrupción, a la que ahora ha vuelto como fiscal jefe y que ayudó a fundar en 1995, se querelló en 2014 contra una treintena de jugadores y directivos de dos clubes de fútbol, por el supuesto amaño del partido entre Levante y el Zaragoza en la última jornada de la 2010/11.

A raíz de este caso, surgieron otros como el que afecta al partido Espanyol-Osasuna disputado la penúltima jornada de la temporada 2013/2014, y en el que el número de imputados en un Juzgado de Pamplona asciende a 17 personas, entre ellas el exdirectivo de Osasuna Txuma Peralta, que ingresó en prisión al estar imputado por cinco delitos.

Ahora Luzón, de regreso en Anticorrupción, vuelve a ser el azote de los amaños del fútbol y ha coordinado, a través de dos de sus fiscales y junto a la Guardia Civil y el juez Santiago Pedraz, esta operación.