Dicen los economistas que el Producto Interior Bruto (PIB) es el mejor termómetro del estado de una economía. Y si eso es así, la Comunitat Valenciana hace ya más de un año que habría salido de la crisis puesto que cerró el 2014 con un crecimiento del 2,1% (lo hizo tras cinco ejercicios consecutivos en números rojos) y se estima que en 2015 habría aumentado otro 2,7% y que este año lo hará otro 2,6%. Hasta ahí la parte positiva. El problema es que si el termómetro es el empleo, los datos no son tan optimistas y la salida definitiva del túnel todavía se antoja lejana.

Pese a que las estadísticas oficiales reflejan que la recuperación llega por fin al mercado laboral, la salida de la crisis está dejando en Castellón una gran bolsa de parados de larga duración con unas expectativas de empleo prácticamente nulas y sin apenas protección social. Y pese a que hace un año los agentes sociales y el Gobierno decidieron tomar medidas ante el temor de que el previsible aumento del empleo en 2015 no les alcanzara, su situación sigue siendo crítica.

El número de parados de larga duración (los que llevan un año o más buscando empleo sin encontrarlo) alcanza los 36.100 en Castellón, según datos de la encuesta de población activa (EPA) del tercer trimestre del 2015, que cifra el paro en la provincia en 58.300 personas. O lo que es lo mismo: el 62% de los desempleados lleva, como mínimo, 12 meses buscando trabajo. Hace un año el porcentaje era algo menor y los parados de larga duración suponían en la provincia el 56%.

Entre esos 36.1000 parados los hay de muy larga duración. Son aquellos que no tienen empleo desde hace cuatro años. En Castellón son 14.100 (hace un año eran un millar menos, 13.000). Otros 11.900 llevan sin trabajar entre dos y cuatro años. “La realidad sigue siendo muy dura para un gran número de parados de la provincia que no consiguen encontrar un empleo. Y cuando lo consiguen se trata de trabajos muy temporales y con sueldos de 650 o 700 euros al mes”, apunta Arturo Navarro, presidente de la Asociación de parados de Castellón que asegura que si en la provincia no ha habido un “estallido social” ha sido por “la importante bolsa de empleo sumergido y porque muchísimas familias están viviendo gracias a las pensiones de los padres o de los abuelos”.

SER MAYOR DE 45, UN HANDICAP // Aunque entre las algo más de 36.100 personas de la provincia que siguen sin encontrar un empleo pese a que hace más de un año que lo busca hay perfiles de todas las edades, los casos más más agudos se producen entre los mayores de 45 años. Su situación se ha ido agravando. Su baja cualificación y la carencia de otras habilidades han podido restar posibilidades a estos trabajadores para volver al mercado laboral, y, encima, las empresas no les quieren. Un ejemplo. En Castellón, una de cada tres vacantes de empleo que se publican incluyen un rango de edad como requisito para optar a un puesto de trabajo y apenas el 5,76% de las ofertas van destinadas a mayores de 45 años. El grueso (el 57%) se dirige a parados de entre 26 y 35 años, según un reciente estudio sobre empleabilidad y trayectoria profesional que acaba de hacer público la consultora Adecco.

Los sindicatos denuncian el gran número de desempleados que abandonan las listas de las oficinas del servicio público ante la falta de perspectivas para encontrar empleo. Este ha sido un constante goteo. “Las estadísticas se quedan cortas y la realidad de los parados de larga duración es mucho peor”, señala Albert Fernández, responsable de Ocupación de CCOO en Castellón, que aboga por políticas activas de empleo que den una oportunidad a los que todavía no la tienen. H