Solo el prestigio de su nombre y el glamur de su imagen llenó a rebosar el Teatre Municipal de Benicàssim. Ainhoa Arteta no defraudó a la audiencia, ni por lo canoro, ni por su estilo y su porte escénico, efusivo y elegante. La diva tolosarra cuida enormemente su imagen, pues no en balde es de las cantantes líricas que más papel couché impresiona. Es algo que el público valora, junto a sus cualidades interpretativas, y que hace que su presencia tenga siempre un amplio reclamo de asistencia de público.
Acompañada al piano por el músico Rubén Fernández Aguirre, que supo acomodarse a todas las inflexiones vocales de la soprano, Arteta comenzó su actuación con una selección de las Canciones italianas de Albéniz, pieza que lleva muchos años en repertorio y dice con extrema propiedad, al extremo de haberla grabado en disco. Cabe recordar que hace poco más de tres lustros, Arteta las ofreció en primicia en el escenario del Teatro Principal de Castellón, en su debut para la Sociedad Filarmónica. El público quedó encantado con aquella actuación de hace quince años.
Siguieron tres fragmentos de ópera Adriana Lecovreur de Cilea, nueva en su repertorio, Vissi d’arte de Tosca, papel con el que ha triunfado en los escenarios de Londres en recientes fechas y O mio babbino caro de Gianni Schicchi, que es un fragmento que resuelve con extrema sensibilidad y exquisito uso de los pianos y sfumature, como también pudo apreciar el respetable en el Auditorio de Castellón hace siete años.
En la segunda parte, la cantante lució su garbo y la gracia postinera de su dicción hispana con lieds de Lorca, García Leoz y Granados y dos fragmentos de zarzuela como fueron la presentación de Paloma de El barberillo de Lavapiés y la romanza de Ascensión de La del manojo de rosas. El público ovacionó con largueza a la cantante, premiando las interpretaciones de su concierto, que se vieron acompañadas de un expresivo y adecuado ademán teatral.
La soprano Ainhoa Arteta siempre deja un buen sabor de boca allí donde pisa. Benicàssim no ha sido una excepción. H
