Magnífica la respuesta de público que hubo el pasado domingo por la noche en la plaza de toros de Vinaròs, al reclamo de un concurso de recortes con vacas de la ganadería valenciana de Gregorio de Jesús. El buen juego de los animales, su bravura y entrega hasta el final, hizo que se viviera un espectáculo lleno de emoción y riesgo del que el público disfrutó durante la velada.

El concurso, bautizado como Maestros de la Calle al acoger a los grandes especialistas de la tierra con ganado autóctono, fue todo un éxito a nivel artístico. El vencedor del mismo fue Sergio Mir, de Nàquera, todo un especialista en saltos. Mir encandiló al público con sus facultades y su perfecto conocimiento de los terrenos y las distancias de los animales. Su experiencia en este tipo de concursos le valió para adjudicarse el primer premio.

En una final que resultó más que emocionante, el segundo clasificado fue Dani, de Vinaròs, en tercera posición, Pavón, de Castellón; y en cuarto lugar, Sergio Guillén, de Nules.

Cabe destacar que además de nombres consolidados y que son muy habituales en este tipo de festejos, la empresa apostó en esta edición por los jóvenes que se están abriendo paso. En este sentido, concursos como el celebrado en esta plaza de toros marinera el pasado domingo por la noche sirven de trampolín para los que están empezando. Muchos de ellos demostraron sus ganas y su valía y el empresario, seguramente, contará con alguno para el gran certamen que se vive durante la Feria de la Magdalena de Castellón, el más importante de su modalidad de los que se celebran en la actualidad.

BUEN JUEGO // Cabe destacar el buen juego de las vacas de la ganadería valenciana de Gregorio de Jesús, popular ganadero que sin duda es uno de los mejores de la Comunitat Valenciana en cuanto a ganado autóctono. Las vacas que participaron en el concurso, muchas de ellas de sobra conocidas por sus grandes actuaciones en otras plazas, demostraron su bravura, acometividad, nobleza y ese punto de picardía necesario; y aguantaron muy bien todos los recortes, quiebros y saltos de unos jóvenes que salieron con ganas de ofrecer un gran espectáculo.

Dos horas intensas de emociones, de tantos momentos en los que los recortadores cruzaron la raya de la precaución, levantando al público de sus asientos. La de Vinaròs fue una noche para recordar gracias a la buena comunión entre los recortadores, que salieron a no dejarse ganar la pelea, y las bravas vacas del ganadero valenciano Gregorio de Jesús, que fueron la materia prima ideal para este festejo. H