Llegar a un acuerdo con el empresario que actualmente tiene los derechos de urbanización del programa para el desarrollo de parte del área residencial del Madrigal o resolver el contrato y replantear un nuevo planeamiento.

Estas son las dos opciones por las que abogan los redactores de la auditoría externa encargada por el Ayuntamiento de Vila-real, con el fin de que realizara un completo estudio de la situación en la que se encuentra actualmente este plan y planteara posibles soluciones a la paralización de una intervención que arrancó en el año 2000 y que debería haber quedado finalizada cinco años después, según explicó ayer el alcalde, José Benlloch.

Una auditoría que, además, avala la gestión realizada por el equipo de gobierno liderado por el propio Benlloch durante los ocho últimos años, en el sentido de no autorizar que las distintas mercantiles que han obtenido los derechos sobre el PAI pasaran a los vecinos las cuotas de urbanización que vienen reclamando y que, incluso llegaron a llevar a los tribunales, aunque estos fallaron a favor del consistorio.

«El informe deja claro que este ejecutivo ha actuado con prudencia en este asunto y siempre para proteger los intereses de los propietarios afectados», afirmó el munícipe, quien añadió que «hubiera sido tremendamente irresponsable permitir que se cobraran las cuotas al vecindario y que, posteriormente, la mercantil hubiera desaparecido del mapa, quedándose los residentes sin las obras y sin el dinero».

PROCESIÓN DE EMPRESAS // El primer edil vila-realense indicó que, desde que el desarrollo del PAI se paralizara, hace ya más de una década, los derechos sobre el mismo han pasado a manos de una decena de empresas, hasta que en el 2013 adquiriera los derechos una última sociedad. Es entonces cuando, como explicó Benlloch, «vuelve a generarse una situación de inseguridad por los problemas de la empresa, que nombra a un liquidador y nuestro objetivo era nuevamente que los vecinos no pagaran nada».

En cualquier caso, el alcalde insistió en que, pese a que «hasta que no esté todo claro no vamos a dar ningún paso», será necesario tomar una determinación al respecto, una vez está lista la auditoria. «A menos de dos meses de las elecciones, no me corresponde a mí tomar ninguna decisión, de manera que está claro que el tema parece tener alguna solución, aunque tendrá que ser la próxima corporación municipal la que adopte las medidas a llevar a cabo en esta zona residencial».

REUNIÓN // Asimismo, Benlloch anunció que, «en breve convocaré una reunión de trabajo en base a esta auditoría con las personas afectadas por este programa urbanístico y para informarles del momento en el que se encuentra el proceso y los trámites que se han venido realizando en los últimos años, siempre con la premisa de garantizar los intereses de los vecinos y del Ayuntamiento».

Además, el primer edil se muestra partidario de ampliar, en otras fases, el desarrollo de áreas habitadas en el Madrigal.