El alcalde de Vila-real, José Benlloch, critica la «falta de transparencia, por no decir nula» de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas respecto a la situación en la que se encuentra la residencia Sant Llorenç, a la que el organismo que lidera la vicepresidenta Mónica Oltra ha sancionado con algo más de 140.000 euros y el cierre por un año de la instalación, al advertir «hasta 15 deficiencias graves o muy graves» durante una inspección en octubre del 2018.

El munícipe reitera que la institución autonómica sigue sin informar al consistorio y a las familias de «cuáles son esas infracciones a las que se refieren». Al respecto, señala que «si es verdad que el expediente es del 2018 y que se abrió por unos hechos tan graves, también tendrán que dar una explicación desde la Conselleria de por qué han tenido a los mayores dos años en esas condiciones». Y asevera el primer edil vila-realense: «Estamos hablando de una situación muy comprometida».

Tan importante considera Benlloch el caso que asegura que «si es cierto lo de las 15 infracciones, el primero que estará ahí para que se cierre el centro seré yo, pero también pediremos responsabilidades para quienes han permitido tener a los residentes dos años en esta instalación, a sabiendas de las deficiencias que dicen que existen en la misma y que califican de graves y muy graves».

ELEMENTO CLARO // Para el alcalde, de lo que no cabe ninguna duda es que «hay un elemento claro en toda esta historia, y es el hecho de que la solución de sacar a los ancianos de la residencia es totalmente traumática, especialmente para las personas más vulnerables y con enfermedades degenerativas como el alzhéimer».

Incluso Benlloch va más allá y asegura que hay soluciones que causarían un impacto mucho menos a los residentes, sus familias e, incluso, a los trabajadores. En este sentido apunta a la posibilidad de que, si la Conselleria considera que lo ocurrido en el centro es de una gravedad extrema, «que se intervenga el mismo desde la Generalitat, manteniendo a las personas que ahora existen; siempre sería esto mejor que invertir tiempo en buscar unas plazas que no hay en otros geriátricos».

Según ha podido saber este rotativo, algunos familiares ya han procedido a sacar a sus ancianos de Sant Llorenç, ante la incertidumbre que genera la dificultad de encontrar un puesto para el medio centenar de residentes que ocupan plazas privadas.