El portavoz del equipo de gobierno de Vila-real, Javier Serralvo, lamenta que la gestión de los «empastres heredados» de los anteriores ejecutivos del PP han obligado al Ayuntamiento a renunciar a solicitar una ayuda de la Diputación de Castellón, por no ajustarse a la legalidad de los criterios fijados para estas subvenciones.

En concreto, se trata de los 37.750 euros que la ciudad habría pedido para complementar los Feder concedidos por la Generalitat para rehabilitar el Gran Casino y el teatro Tagoba.

«De aquellos polvos vienen estos lodos», dice el edil, quien añade: «De la época de vorágine urbanística del PP, cuando expropiaban al precio que querían y ocupaban terrenos sin pagar a los propietarios, que tenemos que pagar ahora a razón de más de cuatro millones de euros al año, estamos padeciendo las consecuencias: tener que hacer frente a estos abonos, a los intereses usureros del préstamo millonario suscrito por el PP y a los empastres derivados de su nefasta gestión, nos ha colocado en una situación de déficit presupuestario en el 2017, lo que hace inviable pedir estas ayudas, que deben destinarse a inversiones que son financieramente sostenibles».

Serralvo afirma: «No vamos a ponernos la ley por montera, como hacía el PP, pedir la ayuda y cometer una ilegalidad a sabiendas que ello es contrario a la normativa, de forma que actuaremos con responsabilidad».