Como no pudo ser de otra manera, la madrugada del martes al miércoles se convirtió en todo un clamor lúdico, festivo y, por supuesto, gastronómico.

El ya tradicional concurso de empedraos para peñas, que acaba de cumplir 26 ediciones, fue el primero de los actos multitudinarios --después de la Nit de la Xulla del lunes-- de los festejos patronales que Vila-real celebra hasta el próximo domingo en honor a la Mare de Déu de Gràcia.

Tanto fue así que la Comissió de Penyes, como organizadora el acto, vendió las 2.500 pulseras con las que se permitía el acceso al Centre de Congressos, Fires i Trobades, en el que se desarrolló la cita, que arrancó a la una de la madrugada del miércoles, con el reparto de los lotes para la confección de los empedraos; y acabó cuando el sol comenzaba a iluminar las calles de la ciudad.

Unos, los más veteranos, pusieron su experiencia y arte; y otros, los más jóvenes, hicieron gala de sus ganas e ilusión por lograr un plato del agrado del jurado y de los integrantes de sus respectivas peñas. De esta forma, el empedrao de Allioli consiguió la máxima puntuación y, por tanto, alzarse con el primer premio del certamen. En segundo lugar quedaron los de Tio Caña; y el tercer puesto lo mereció, a juicio del jurado, la peña Algú Sobra. H