Los hosteleros de Vila-real aplauden que la Ruta de la Tapa llegue a su último fin de semana coincidiendo con la celebración del Festival Internacional de Teatre de Carrer (FitCarrer). Y es que este es un certamen en el que, como cada año y si el tiempo no merma las cifras, saca a la calle a miles de personas, tanto de Vila-real como de otros municipios castellonenses e, incluso, de otras provincias.

Los bares y restaurantes de la ciudad aprovechan el acontecimiento cultural para hacer caja. Algo que, en especial, beneficia a los establecimientos que participan en la Ruta de la Tapa. Eso sí, las opiniones varían si los locales están en el centro de la ciudad --donde hay una mayor concentración de actividades-- o en el extrarradio, aunque en los últimos años, el FitCarrer ha descentralizado las representaciones, incrementando su presencia en áreas como la plaza de la Llibertat o el parque de la Mayorazga.

Espacios estos que comparten protagonismo en el certamen cultural más multitudinario que se celebra en el municipio y el único de sus características que se mantiene en la Comunitat con otros como las plazas Major y de la Vila o las calles peatonales.

“Se trata de eventos que hacen que la gente salga a la calle y eso no solo es bueno para los bares y restaurantes sino también para el resto del sector comercial”, explica el presidente de la Associació Gastronòmica de Vila-real, Ximo Abril, quien destaca el “buen funcionamiento” de la Ruta de la Tapa, “porque ahora se está recogiendo lo que se ha estado sembrando a lo largo de 10 años”.

Por otra parte, y pese a la amenaza de lluvia, las calles y plazas de Vila-real volvieron a convertirse en un gran escenario en el que compañías de Austria, Japón, Israel, Francia, Cataluña, Andalucía, Madrid y Vila-real representaron sus espectáculos de calle.

Unos espectáculos que, como de costumbre, gustaron a quienes decidieron hacer un hueco en su agenda para disfrutar de un festival que “también genera economía en la ciudad”, dijo el edil de Cultura, Eduardo Pérez. H