Vila-real ya está inmersa en las celebraciones en honor a la Mare de Déu de Gràcia y ayer la avenida de la Murà acogió el primero de los eventos multitudinarios, en este caso una cita gastronómica. El concurso de paellas congregó a alrededor de 2.200 personas pertenecientes a más de 100 colectivos festivos, que se reunieron para elaborar el plato valenciano por excelencia.

El jurado dio su veredicto pasadas las 15.00 horas y, finalmente, fue la peña La Fusta la que se llevó el gato al agua. En total, se repartieron tres premios, y los otros dos recayeron en los colectivos La Xisclà y Xafarrates, que quedaron en segunda y tercera posición respectivamente.

Pasado el mediodía y con la colaboración del largo toldo que cubre el vial, que aislaba a los asistentes del potente sol, grupos de todas las edades comenzaron a elaborar sus recetas. Los había jóvenes, como la peña Xarlotà, cuyo chef, Hugo Robert, destacó la importancia del garrofón. «Hay que echarlo en el momento justo y siempre aporta un toque muy especial, es clave», aseguró.

EL SOFRITO // Para otros, como los cocineros de la peña Resaca, es básico «no tener prisa». «El sofrito hay que hacerlo con calma, a fuego lento, y en días como hoy todavía más, porque es fácil ponerse nervioso», afirmó Juan Moreno. Su compañero, Luis Delgado, jugaba con el tópico de la compañía. «Lo importante es reunirse aquí con los amigos, aunque si sale buena, la fiesta es más completa», apuntó. Desde 1995 los miembros de este colectivo, uno de los grupos más numerosos de la jornada, no falta a la cita.

Tampoco faltaron a uno de los eventos con más tradición del programa de celebraciones, la reina de las fiestas, Verónica Fortuño, y su corte de honor. Las jóvenes, pese a que alguna de ellas mostró buenas maneras con la paleta, degustaron el plato que elaboraron sus padres, reunidos para la ocasión. El presidente de la Junta de Festes, Josep Pasqual Colás, y su homólogo en la Comissió de Penyes, Juanjo García, coordinaban el dispositivo y servían bebida para los presentes.

UNA JORNADA INTENSA // García se mostró satisfecho por la participación de las peñas, entre las que no faltaron el Vermelló, el Sifó, Fotuts o Birra Real. «Reunir a más de 2.000 personas nunca es fácil, y pensamos que en las fiestas de septiembre todavía tiene un punto más de dificultad», afirmó. También se prevé una asistencia prácticamente de récord a la noche de empedraos y para el tombet de bou.

Además de los reunidos en la Murà, todo el municipio celebró la hornada festiva cocinando paellas en bajos y casales el primer sábado de las celebraciones. Actos taurinos, religiosos y musicales completaron el programa.