La Iglesia Arciprestal acogió ayer el concierto inaugural de un ciclo que pretende poner en valor el órgano romántico restaurado recientemente y bendecido por el obispo Casimiro López Llorente el pasado 21 de septiembre.

Este instrumento ya sonó en la inauguración y ha intervenido en las misas --la fiesta de la Asociación de Hijas de María del Rosario motivó que la programación no arrancara antes-- pero la de ayer fue la primera vez en la que cobraba entidad propia. Juan de la Rubia, organista titular de la Sagrada Familia de Barcelona, fue el encargado de hacerlo sonar. Entre las obras incluidas en el programa hubo dos del repertorio que se interpretó en 1931, cuando se inauguró el órgano.

El ciclo se completará los próximos días 9 y 15 de noviembre con Pedro Alberto Sánchez, organista del Real Monasterio del Escorial y su Maestro de Capilla y, Felipe López, de la Real Iglesia de San Ginés, respectivamente.

Pero la intención del responsable de la Arciprestal es ir a más. En este sentido, mosén Javier Aparici indicó que trabaja para que antes de final de año la parroquia cuente con un organista titular, cargo para el que se requería disponer del Título Superior de Órgano. La valoración de méritos está a cargo de Juan de la Rubia aunque la decisión final quedará en manos de mosén Javier. El plazo para presentar las candidaturas se ha cerrado y en aproximadamente un mes podría conocerse el nombre del elegido.

«No es habitual que una iglesia cuente con dos órganos históricos --el romántico y el barroco-- en perfecto estado», comentó el religioso que avanzó que la persona designada deberá supervisar el mantenimiento del instrumento, fijar un calendario de actuaciones con uno o dos ciclos anuales de conciertos, podrá disponer de un adjunto, deberá incentivar la formación tanto a sus acompañantes como a escolares u otros colectivos, tendrá presencia en las misas y también asumirá el compromiso de que, en los eventos que se solicite y contrate, el órgano tenga presencia.

FINANCIACIÓN / De hecho, esta sería una de las vías para sufragar la plaza ya que la parroquia no puede materializar un contrato laboral. Contar con esta figura, consideró mosén Javier Aparici, «dará prestancia y relevancia» al patrimonio de la Arciprestal.

La donación de instituciones como el Ayuntamiento de Vila-real y la Diputación de Castellón, empresas y particulares que apadrinaron tubos permitió sufragar la restauración del instrumento romántico a cargo del taller de Carlos M. Álvarez.