Las rosarieres de Vila-real ponen hoy punto y final a dos semanas de fiestas en las que sus 8.000 integrantes han tenido tiempo para la devoción a la Virgen del Rosario, el ocio y la cultura. El fin de semana fue muestra de ello. Si el sábado se celebró el certamen literario, ayer fue el momento de la llamada Festa de les Casades, en la que hubo una misa y una procesión por dentro de la iglesia arciprestal que fueron masivas.

Con esta celebración, la asociación que preside Paula García conmemora los tiempos en los que había dos entidades, una juvenil y una congregación de casadas, a la que pasaban sus integrantes tras contraer matrimonio. «Ya hace unos 125 años que la asociación se fusionó, pero todavía rendimos homenaje a nuestro pasado con esta jornada», apuntó García. Hoy, la imagen de la Virgen volverá en procesión hasta la sede rosariera. H