La tradicional Festa del Termet, en la que cada primer domingo de julio centenares de vila-realenses homenajean a la Mare de Déu de Gràcia, vivió ayer una de sus ediciones más especiales desde su recuperación, en el año 1987. Y es que los organizadores decidieron otorgar la medalla conmemorativa de la Virgen, a título póstumo, al concejal recientemente fallecido Pasqual Batalla, al que recordaron y agradecieron su esfuerzo para el mantenimiento de esta celebración.

La concejala de la Ermita, Rosario Royo, destacó no solo el trabajo conjunto realizado en los últimos años junto a Batalla para consolidar el festejo, sino el profundo conocimiento que el edil tenía de los orígenes del mismo, así como de la historia del paraje en el que habita la patrona.

DOS MEDALLAS MÁS // Antes del acto de las medallas, que también se entregaron a los portadores jubilados Pasqual Amposta y Paco Cantavella, la comitiva había salido de la iglesia arciprestal a las 7.30 horas, para desplazarse hasta la ermita. Formaban parte de la misma los miembros de la Cofradía del Rosario de la Divina Aurora, así como las autoridades municipales y numerosos vecinos que cada año dan la simbólica bienvenida al verano con este festejo en honor a la patrona.

Todos ellos llegaron al Termet a las 9.30 horas, cuando se celebró la tradicional misa y una procesión por el paraje, que volvió al templo de la Mare de Déu por el camino del calvario. Tras los actos religiosos, llegó el momento del porrat popular, en el que la reina de las fiestas, Verónica Fortuño, y sus damas repartieron 170 kilos de fartons y unos 900 litros de horchata entre los asistentes al evento.

MONJAS Y ANCIANOS // La organización reservó una parte que después llevó a las monjas de Sant Pasqual y del Cristo del Hospital y a las residencias de ancianos.

El toque lúdico lo puso la Unió Musical La Lira que, en los últimos años, ha optado por realizar conciertos temáticos con los que sorprenden al público. Si el ejercicio pasado eligieron algunos de los clásicos del género swing, en esta ocasión tocaron un variado repertorio en el que repasaron algunos de los estilos más populares del continente americano.

El público disfrutó hasta pasado el mediodía de fandangos, tangos, guarachas, congas o sambas, en una actuación que puso punto y final a una emotiva mañana en un entorno privilegiado.