Decía, pocos días antes del encuentro ante Levante, Álvaro González, uno de los veteranos del vestuario amarillo, que a los futbolistas del Submarino les tocaba «ser hombres» para afrontar la delicada situación en la que se encuentra el equipo, todavía ahí, en la cuerda floja, a un solo punto de la frontera con las plazas de descenso que marca el Leganés. El defensa cántabro exigía esa madurez y experiencia que el Villarreal ostenta a raudales, cualidades que a la hora de la verdad, como se vio ayer, se ven superadas por la inseguridad de la clasificación y la ansiedad de no poder encarrilar con comodidad ningún encuentro. Álvaro pedía despejar la cabeza. Y Javier Calleja, tras el empate in extremis (1-1) ante el Levante, ya lo exige: «El aspecto mental es clave».

El entrenador amarillo fue tajante tras el sexto partido de Liga consecutivo sin poder ganar en el Estadio de la Cerámica. Calleja mandó un serio aviso a su primera línea, y lo hizo utilizando la pujanza de jugadores jóvenes como Miguelón y, sobre todo, Samu Chukwueze, de los pocos a los que se vio sin síntomas de temor sobre el césped. «Para mí, sí que es significativo que hayan sido los mejores», espetó Calleja cuando le preguntaron en sala de prensa cómo valoraba el hecho de que dos futbolistas que la pasada temporada militaban en Segunda División B —Chukwueze, hasta ahora, también ha estado a caballo entre el filial y el primer equipo— hubieran sido los protagonistas de la mejor cara del Villarreal ante los granota. «Al fútbol hay que jugar como ellos, sin miedo. Eso es lo que debemos hacer todos. Y si lo tienen que demostrar los jóvenes, seguirán demostrándolo los jóvenes», expuso Calleja, para quien las jerarquías a la hora de confeccionar los futuros onces ya no existen a partir de ahora.

ELOGIOS A LOS CANTERANOS

Ayer, el preparador groguet sorprendió en una alineación inicial con las presencias del lateral y el extremo. Poco le importaron los escasos minutos en Liga de ambos. Es más, para Chukwueze fueron los primeros 90 minutos —tras haber debutado ya en Europa y en la Copa, el pasado jueves—; Miguelón Llambrich, por su parte, solo acumulaba los 80 minutos de la aciaga tarde en Cornellà (3-1).

Por lo apuntado ayer por Calleja, tanto el nigeriano como el alicantino seguirán teniendo un papel protagonista en los próximos intentos para reconducir la situación. «Ellos dos son de los pocos aspectos positivos que en todo esto que estamos pasando. No les ha pesado la responsabilidad», continuaba Calleja con los elogios hacia los dos canteranos, mirando de reojo al resto del vestuario, al que el técnico exige que dé un paso adelante.