El kebab es una de las comida que mejor se ha integrado en los paladares de nuestro país, se trata de un producto que hace unos años era prácticamente desconocido y que ahora está entre los favoritos de muchos cuando deciden darse un capricho culinario. “Kebab” es un término que viene del árabe, y significa “carne asada en espeto”.

¿Qué nos venden?

Cuando se pide un kebab se puede elegir entre diferentes tipos de carne, ternera, cordero, pero no siempre es lo que nos venden, así lo expone un estudio elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en el que analizó el producto en 25 establecimientos de Madrid.

De la muestra, en 20 de los kebabs que supuestamente eran de ternera había pollo y de ellos, en seis la mayoría de la carne procedía del ave, más del 60%. Otro de los puntos que destaca la OCU es que la carne de caballo estaba presente en siete de ellos y la de pavo en 13, aunque recalcan que en pequeñas cantidades que no superan el límite legal establecido por la Unión Europea. Así, según su análisis, sólo uno de los 25 kebabs era realmente 100% de ternera.

El estudio no queda ahí, ya que la OCU analizó otros parámetros diferentes, como la calidad de la carne. Según establecen, aunque en la mayoría de los casos, por no decir la totalidad, lo que venden no es cierto, no es carne 100% de ternera, la calidad la denominan como aceptable. De los 25 kebabs, en nueve encontraron más tendones y fibras de las que nos gustaría saborear.

Exceso de calorías

Además, un kebab es una bomba de calorías. La OCU indica que, en caso de pedirse uno contundente se ingerirá tres cuartas partes de la energía que se necesita para afrontar un día entero.