Los Presupuestos vascos del 2002 han sido declarados inconstitucionales por el Tribunal Constitucional. Las instituciones deben estar legitimadas y actuar dentro de la legalidad. Es el mínimo democrático. El Parlamento y el Gobierno vascos existen y poseen autoridad en virtud de la Constitución y de las leyes que de ella emanan. Conviene recordarlo. Es muy importante, pero no lo más importante.

Ni el Gobierno central ni el PP debieran alegrarse por haber ganado una batalla. En Euskadi hace tiempo que nadie gana ni nadie pierde, pese a las apariencias. Si se dan situaciones como la de un Presupuesto declarado inconstitucional es porque los partidos son incapaces de construir mayorías suficientes y eficaces para gobernar. Ese es el problema de verdad.