a va siendo hora de aclarar las cosas. La Generalitat Valenciana y los empresarios castellonenses fueron invitados como meros comparsas a la conferencia y cena que Jordi Pujol pronunció en Castellón el pasado viernes. Eliseu Climent simplemente comunicó a los invitados de la Comunidad Valenciana que pretendía realizar el acto cuando ya estaba todo montado.

El viernes fue extraño que de Castellón sólo hubiera media docena de personas. Pero es que el Institut Ignasi Villalonga, a través de su secretario general, modeló un acto para que al final la Generalitat de nuestra comunidad sólo acudiera como convidada de piedra. Todo protagonismo estaba reservado para Pujol. Los agentes sociales y partidos políticos de Castellón, a la vista del boicot a la Institución Valenciana, hicieron lo propio. Hasta la patronal de Cataluña le pareció que tampoco debía estar presente.

Pujol tuvo un discurso claro en defensa del eje Mediterráneo. Más listo que Climent, supo diferenciar claramente entre valencianos y catalanes. Pero nadie había contado con los castellonenses en la defensa de los mismos intereses. ¿Cómo hubieran reaccionado los empresarios catalanes y la Generalitat del Principado si Lerma, Zaplana o Camps se hubieran montado un acto parecido en Tarragona, llevándose a todos los invitados desde Valencia a Castellón?