El sector citrícola vive un momento delicado y ahí están los resultados de la pasada campaña donde los propios agricultores reconocen que ingresaron hasta un 4% menos que en las anteriores debido, básicamente, a la adversa climatología y a la saturación de los mercados. Bien es cierto que las previsiones para este año apuntan a un crecimiento del 5% de la producción, lo que ha provocado un síntoma de optimismo en el sector.

Ante este panorama, la agricultura de Castellón no puede estar expuesta a más riesgos, como los que supone la llegada de plagas de terceros países productores, como Argentina o Brasil. No se puede consentir que la cancrosis se sume ahora a los efectos negativos de la mosca del mediterráneo o el minador. Ya son cuatro plagas, a las que la Conselleria ha reaccionado con rapidez pero no así el Ministerio, que todavía no se ha pronunciado sobre las medidas que va adoptar. La Administración, tanto a nivel estatal como europeo, debe implicarse al máximo para detectarlas y eliminarlas. Sólo así, y con una mayor planificación de las fases de recolección y envío a los puntos de destino, se conseguirá la estabilidad del mercado, lo que redundará en beneficio de productores, comercios y cooperativas.