Si algo inesperado no lo remedia, el equipo de gobierno surgido tras la moción de censura el pasado verano (PP-ARB) aprobará hoy la subida de la presión fiscal en todo Benic ssim. Nadie con una casa o comercio en nuestro municipio quedará libre de la voracidad recaudatoria del llamado Pacto del Hormigón. Nacido contranatura para culminar los sueños inmobiliarios de los de siempre, hoy consumarán uno de sus primeros y más clamorosos incumplimientos. Efectivamente, sólo han pasado cinco meses desde que prometieron no hacerlo. Proclamaron que, como hicimos nosotros, serían capaces de gobernar sin sablear más a los vecinos de Benic ssim. Claro que para hacerlo tenían que asumir y continuar con una metodología de ahorro, austeridad y líneas alternativas y complementarias de saneamiento que, visto lo visto, declinan mantener. Mucho menos mejorar.

Prometieron eficacia y una profesionalidad sin precedentes en la gestión administrativa de Benic ssim. No sé como lo verán pero, de momento, los presupuestos municipales para el año próximo se aprobarán más tarde que nunca en la historia. No se recuerda tanta improvisación y desconcierto. El ayuntamiento de Benic ssim solía madrugar en la definición de sus cuentas generales públicas. Menos ahora que, no sólo han dilapidado la participación ciudadana instaurada el año pasado, sino que la sensación de indolencia y opacidad se ha enseñoreado como nunca en la etapa democrática.

La imposición de la denominada tasa de la basura se ha maquinado en las últimas semanas imprimiéndole al calendario un ritmo incompatible con la sensatez y la serenidad que todo buen gobierno requiere para tomar decisiones. Así debiera ser por dos causas fundamentales. La primera es la tranquilidad con la que debe reflexionarse siempre que las decisiones afecten al conjunto de la ciudadanía. Recordemos que esta tasa afecta a todas las familias. Lo contrario, la precipitación, genera errores y, en ocasiones, daños colaterales que bien podrían evitarse con más tiempo. La segunda es una cuestión de respeto. El respeto debido a quienes nos prestan y otorgan la confianza electoral, sean del partido que sean. Respeto a los contribuyentes que merecen tener la firme y permanente sensación de que sus gobernantes no funcionan a golpe de impulsos y sobresaltos .

La consigna --sostenida con obsesión sectaria-- ha sido que, caiga quien caiga, la tasa debe estar en el diario oficial antes de que venza el año. Y, efectivamente, han caído demasiadas cosas por el camino. Demasiadas víctimas. La primera, la dignidad política y la memoria. No olvidemos que arramblaron el poder diciendo lo contrario. La segunda, las formas democráticas. Se justificaron trucando la opinión de la sociedad civil local, según ellos partidaria del latigazo fiscal. Esperpéntico. La tercera, la ecuanimidad. La tasa nace vieja y trufada de defectos e injusticias. Se sabe. Lo advertimos todos. Lo comprendimos todos enseguida. Incluso ellos. Pero la despiadada prisa pudo más que el sentido de la justicia y del buen gobierno. Nunca he presenciado un espectáculo tan infame. "Ya la canviarem, ara no hi ha temps-" Acabose. Pero, ¿quién nos gobierna? ¿Qué clase de irresponsabilidad es la de aquellos que a sabiendas de haber dado vida a un monstruo, lo empujan a la calle? Todos sabemos que es rematadamente injusto que pague lo mismo un apartamento de 50 metros cuadrados sin jardín que una villa de 500 metros cuadrados con 2.000 de jardín, restos vegetales de poda, etc- Todos entendemos que no tiene lógica que una tasa grave al mismo tiempo la basura doméstica, los restos de jardinería y los voluminosos. Independientemente de que los generes o no. Independientemente de que vivas todo el año o sólo tres fines de semana. La ordenanza es así de risueña: café con leche para todos. No hay, amable lector, mayor injusticia ni desigualdad fiscal que igualar a todo el mundo en el pago de impuestos. Pero es lo que hay, justo cuando los Presupuestos de la Generalitat aprobados por el PP desatienden y olvidan todas y cada de las promesas con las que vendieron a la opinión pública su moción-asalto al poder. Que en el 2005, por el bien de Benic ssim, se dejen ayudar.