El Día de Todos los Santos es una solemnidad cristiana instituida en honor de Todos los Santos, conocidos y desconocidos, según el Papa Urbano IV, “para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles”.

En los países de tradición católica se celebra el 1 de noviembre, con prolongación al día 2, dedicados a los fieles difuntos.

En el año 885, el Papa Gregorio III cambia la fiesta de Todos los Santos, que se celebraba el 13 de mayo, al 1 de noviembre, mientras que en la Iglesia Ortodoxa se celebra el primer domingo después de Pentecostés. También las iglesias Anglicana y Luterana celebran la fiesta el 1 de noviembre. En ella se venera a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario litúrgico. Por tradición es un día no laborable y de carácter festivo en el orbe cristiano. En España, dentro de la tradición católica, se realiza una visita a los cementerios para honrar a los seres queridos. Es el día del año en que más flores se venden para depositarlas sobre las tumbas de los fallecidos. H