Hoy es Tots Sants, como decimos nosotros. Un buen día para recordar qué frágil es la vida. Aquello de no somos nada. Y recordar que apenas hace tres años estábamos llenos de vida, con pleno empleo y una economía boyante en la que todos invertíamos como locos con el dinero que cajas y bancos nos prestaban a bajo interés. Y hoy, ya ve usted, aquí estamos casi con un 25% de nuestra población parada. ¿Se puede resucitar a un muerto? Los que somos creyentes y, sobre todo optimistas, pensamos que sí. Que nuestra querida provincia de Castellón puede resucitar, y que no hay que esperar al día del juicio final para ello. (No me refiero al último juicio de Carlos Fabra, sino al que se producirá con la resurrección de la carne y en el que todos seremos juzgados por el altísimo). Pero para ello, algo tendremos que hacer los desconsolados hijos de Eva y ciudadanos de este Reino del mesinfotisme.

De momento, a la vista de los Presupuestos Generales del Estado que nos colocan a la altura de Tarragona o Teruel, es decir, de culo a nuestras respectivas comunidades autónomas, podríamos gritar de indignación y exigir que nos devuelvan, al menos, lo que nuestra economía aporta al conjunto nacional.

Pero lo de los Presupuestos de la Generalitat sí que es denigrante, más si cabe. Nos recortan la inversión en casi un 20% respecto al año pasado y casi un 53% respecto al año 2008. El dinero que se nos aportará será fundamentalmente para el Aeropuerto de Castellón, que falta hará para cuando el muerto reviva. Y para el Proyecto Cultural de Castelló (toma ya, ¿más folclore o para el Día Internacional del Bou al Carrer?). Descansen en paz nuestros dirigentes después del esfuerzo. H