Querido lector:

Las consecuencias del post 20-N, tal y como decía ayer, pueden ser múltiples. Si les exponía que la principal afectación en el PP de la Comunitat o en el PP de Castellón será seguramente el cambio de un discurso muy concreto que han mantenido durante al menos 8 años, para lo cual debe generar nuevas ideas con las que mantener vivas sus opciones ante el electorado, siempre eso sí que Rajoy obtenga la victoria, sea absoluta o relativa, en el PSOE las consecuencias serán, sin duda, otras y muy diferentes a las del PP.

Si se cumplen los vaticinios demoscópicos, el PSOE deberá gestionar una derrota y eso nunca es fácil. Además, dependerá en gran medida de qué grado de derrota sea ya que no será lo mismo una victoria absoluta del PP que una victoria relativa, que es a todas luces el objetivo del candidato Rubalcaba.

Si se da el primer escenario, tras el congreso nacional extraordinario que deberá producirse para elegir un nuevo líder y una nueva ejecutiva, vendrán los regionales y provinciales. Dependiendo de lo que ocurra en el que ya algunos denominan el congreso de la refundación socialista, en la Comnunitat y en Castellón también deberán cambiar muchas cosas, muchas de las que no cambiaron con la derrota municipal y autonómica de mayo pasado, en parte aplazadas hasta observar las consecuencias de las generales.

En este caso el liderazgo de Jorge Alarte, ya en entredicho prácticamente desde que salió elegido por la mínima como secretario general del PSPV, sin duda se tambaleará aún más y nadie, ni él mismo, podrá predecir el destino final. Y lo mismo sucederá en el PSPV provincial, donde ahora la situación se asemeja a un reino de taifas y clanes con varios aspirantes a liderazgos nuevos o reeditables, nunca se sabe.