Si hay algo que ha caracterizado a la Generalitat valenciana durante los últimos 15 años es su férrea defensa del valencianismo, de nuestras tradiciones y de todo aquello que nos une como pueblo, o lo que es lo mismo, de nuestras señas de identidad. La defensa de un valencianismo entendido de manera responsable y positiva, no generador de estupidez. Un valencianismo integrador, nunca rupturista. Un valencianismo solidario con el resto de territorios; pero sobre todo, y lo que es más importante, solidario con las personas.

Precisamente, en la provincia de Castellón siempre nos hemos sentido orgullosos del vínculo que nos une a otras autonomías limítrofes como Cataluña, pero siempre desde el sentimiento de pertenencia a la Comunitat Valenciana, y a su vez, a España.

Como no puede ser de otra manera, la convivencia entre los municipios de la Comunitat Valenciana y nuestros vecinos catalanes es, y debe continuar siendo, fructífera. Tenemos proyectos en común tan significativos e importantes para nuestro territorio como el corredor mediterráneo, en cuya reivindicación siempre hemos ido de la mano. Y deseamos mantener esa relación estrecha y fluida, pero siempre desde el respeto a nuestra propia identidad, conscientes de que somos dos autonomías, cada una con sus propias características y particularidades.

Desde nuestro punto de vista, la división territorial del Estado en comunidades autónomas constituye el marco legal idóneo que garantiza el derecho de autogobierno del pueblo valenciano, a través de unas instituciones propias y diferenciadas, que nos permite desarrollar nuestra propia identidad como nacionalidad histórica reconocida por la Constitución Española y por el Estatut.

Las señas de identidad no son otra cosa que todo aquello que nos une como pueblo, todo aquello que debemos defender y proteger, y así lo entendemos desde la Generalitat porque, si algún día las perdiésemos, desaparecerían también nuestros orígenes y, por tanto, nuestro futuro. Nuestras señas de identidad son las que nos definen e identifican como valencianos: nuestra senyera, nuestro himno, nuestras instituciones, nuestro Derecho Civil propio y, sobre todo, nuestro idioma valenciano.

Somos un gran pueblo que ha sabido y sabe defender abiertamente y con firmeza su identidad, la de todos los valencianos. Por eso exigimos respeto a nuestra cultura, a nuestras particularidades, a nuestra identidad y a la lealtad democrática establecida en la Constitución y en nuestro Estatut de Autonomia. H

*Consellera Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente