Querido lector:

La Universidad Internacional Valenciana (VIU) ha sido denostada hasta la saciedad por las universidades públicas valencianas. Y no precisamente a causa de la megalomanía propia de la era campista con que se vendió inicialmente el proyecto con edificio de Foster incluido. Sino por una serie de razones variopintas un tanto excesivas para la pretensión, evolución y conclusión de la VIU.

Unas veces fue a raíz de su misma concepción de proyecto educativo, atacado por surgir (y por tanto depender) de la administración autonómica, aunque no sé muy bien por qué, ya que competencialmente es la Generalitat quien también financia (aunque ahora mal) económicamente la parte del león del coste de las universidades tradicionales, que sin embargo mantienen estatutariamente su autonomía universitaria.

En otras ocasiones ha sido criticada por considerarla un dispendio económico no necesario ya que las universidades públicas ya absorbían ese mercado y, por tanto, lo invertido en la VIU podría considerarse como sustraído de sus presupuestos.

Otra veces, porque se la ha considerado una potencial competidora (al igual que las privadas tradicionales) en la captación de estudiantes y recursos, cosa que nunca ha ocurrido con la UNED, al menos en Castellón y eso que el perfil del alumnado de la VIU se asemeja a ella.

Otras veces, por impartir materias ya introducidas en los catálogos delas universidades públicas presenciales. Y en las más de las ocasiones, aunque por supuesto sin manifestarlo públicamente, por considerarla de baja calidad académica.

Pero hete aquí que uno de los principales grupos editoriales (empresa privada, claro está) sin tener en cuenta nada de esto, ha visto su oportunidad. Ha aprovechado la necesidad de la Generalitat de quitarse estructura y costes, a pesar de que el plan de negocio de la VIU no iba a tardar mucho en conseguir el umbral de rentabilidad, y se ha hecho con ella para aprovechar su potencial como plataforma on line de enseñanza y de venta de productos educativos. En fin, c’est la vie... y como así es, que siga en Castellón.