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Vicent Zaragoza

Malo no, peor

Querido lector, lo que está pasando con Pedro Sánchez, me refiero al proceso de desalojo de la secretaría general del PSOE, me ha parecido un espectáculo políticamente improductivo y un tanto indecente. Políticamente es improductivo porque si se quería evitar un congreso de confrontación en plena campaña electoral, lo que se ha montado provoca otro congreso y afianza un escándalo de poca rentabilidad electoral al presentar al PSOE como fuerza quebrada y más absorta en ambiciones personales que en las necesidades de los ciudadanos. A no ser, claro, que lo que se busque es que el futuro congreso no lo mangonee el secretario general, Sánchez. Entonces este lío sería productivo, pero para una minoría y en términos de control de partido, de fijar nuevas posiciones políticas y no de soluciones sociales. Malo no, peor ante los ojos de la gente.

Pero, además, me parece un tanto indecente, en el sentido vituperable y vergonzoso, porque desde el primer día, y públicamente, en la medida en que no quiso abstenerse ni llevar al Rajoy al gobierno o, al tiempo, planteó la posibilidad de gobernar con Podemos, se le ha cuestionado la credibilidad necesaria y la autoritas para proponer y decidir. Tal es el caso que, incluso, todos aquellos barones o personajes que han jugado este papel, queriendo o sin querer, no solo lo han deslegitimado sino que han colaborado en dar la impresión de que el estancamiento institucional de España ha sido más culpa de Sánchez y del PSOE que de Rajoy.

Querido lector, si te preguntas qué pasa, la razón puede ser simple: que cuando lo nuevo llega, lo viejo aún pulula y no quiere irse. Es decir, el mundo cambia, la socialdemocracia necesita nuevas políticas y sus partidos, o instrumentos para alcanzar sus fines, más democracia y participación de sus afiliados. Cuestiones delicadas para quienes han ejercido de propietarios. H

*Experto en extranjería

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