Estos días la clase política está enzarzada con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y la Lomloe, y en el fragor de esa batalla legislativa ha pasado desapercibida una grave modificación que afecta al cuerpo de Profesores Técnicos de FP (PTFP), que son los que imparten las prácticas de FP. Donde los declara a extinguir troceando a sus profesores en dos grupos. A los que tienen título universitario se les premia y promociona al cuerpo de profesores de Secundaria con un mayor salario. Y los que no tienen título universitario principalmente de las familias de servicios: hostelería, peluquería, etc., y de las familias industriales; automoción, soldadura, etc. se les degrada y no promocionan.

Al mismo tiempo se crea un problema enorme a la FP puesto que en un futuro inmediato los nuevos profesores, por ejemplo de cocina y pastelería, tendrán que ser titulados universitarios. Un despropósito. Esta cuestión ya se planteó hace 30 años con la LOGSE cuando los legisladores intentaron dignificar la FP elevando los requisitos académicos de sus profesores al pedir que fueran universitarios. Entonces la presión de UGT, de los Maestros de Taller y la realidad laboral permitió que estos magníficos profesionales se mantuvieran en sus aulas y talleres. Ahora en un país que siempre adolece de memoria histórica, se vuelven a cometer los mismos errores y otros políticos vuelven a la faena del matalafer de «deshacer y hacer». Al final no encontrarán licenciados en estética, patronaje, torno, carpintería, etc. y la realidad laboral los llevará a tener que volver a admitir que determinadas habilidades, destrezas y conocimientos no requieren del paso por la Universidad.

Un legislador valiente y que entienda la FP hubiera apostando por crear un nuevo cuerpo único de profesores de FP que englobe a todo el profesorado que imparte clases de FP. Pero no, se ha optado por marginar a los profesores en una titulitis absurda para un ámbito docente que debería de perseguir la excelencia formativa laboral. El debate esta abierto ¿queremos una FP más teórica con más titulados universitarios, o queremos una FP más práctica como nos piden el empresariado?. Nuestra FP debería de tener a los mejores profesionales, pero con esta modificación por ejemplo, le diríamos a Pepe Rodríguez de Mastechef que estudió FP, que no puede optar a las oposiciones de cocina porque no es titulado universitario, algo kafkiano.

Además, este debate está lanzando un pésimo mensaje a padres y alumnado. Si queremos que se apueste por esta vía formativa, ¿porqué se niega el reconocimiento del título de FP a sus propios docentes? Esta degradación pública ante toda la sociedad de que el título de FP no vale, y que si quieres tener un mejor salario tienes que tener un título universitario, es de una gravedad increíble. Como vemos, al final a la clase política se le llena la boca de apoyar a la Formación Profesional, pero en realidad ni la valora, ni la entiende, ni la pone en valor, así no vamos bien. Necesitamos una FP sólida, que se tiene que construir con su profesorado y no en su contra. H

*Titulado en FP, Profesor Técnico FP y Vicesecretario General de UGT-PV