De eso se trata, de resistir. Pocas veces el nombre y la cosa han tenido mayor acomodo. En el segundo semestre podemos tener un gran número de vacunados y, si no hay grandes contratiempos, podemos volver a esa anhelada nueva normalidad. Entretanto… hay que resistir, que nadie se quede por el camino y que ninguna microempresa, autónomo o gran empresa viable, cierren su negocio.

El pasado jueves los hosteleros estuvieron en la plaza de las Aulas, delante de la Diputación, y hacían sonora y manifiesta su protesta. Bajé a hablar con ellos y muy educadamente conversamos unos minutos. Antes, estuvieron en el Ayuntamiento y también Amparo Marco , la alcaldesa, departió con ellos. Es muy comprensible la protesta. Y tienen todo el derecho a la contestación. A ellos nuestra empatía, nos ponemos en su lugar. Son tiempos difíciles. Pero ante el avance de la pandemia, las administraciones públicas tienen que tomar medidas para reducir el contacto social y así disminuir los contagios, la presión hospitalaria y el número de fallecidos. No es fácil, no es sencillo, pero es su obligación. A nadie le gusta restringir las libertades de la ciudadanía y menos a nuestro president, Ximo Puig . Tengo constancia personal de ello. Está claro, estas medidas inciden directamente en la actividad económica y por ende en los medios de vida, en el sustento de muchas personas. El jueves era la hostelería, pero a lo largo de estos meses han sido muchos los sectores económicos afectados con los que nos hemos sentado: ocio nocturno, turismo, pirotecnia, cultura, transporte discrecional, ganaderías de reses bravas... Ya en la primera ola, y de manera inmediata, constituimos nueve mesas de diálogo con todos los sectores económicos de la provincia para poner en marcha el #ReactivemCastelló .

No vamos a dejar solo a nadie. Resistir es el objetivo y para resistir hay que ayudar. Quizá sepan a poco, pero el paquete de ayudas directas del plan no tiene precedentes y es líder en España. Sin duda, el primero y el más importante de todas las comunidades autónomas. Más de 400 millones de euros. De ellos, 160 millones con el Resistir Paréntesis para ayudas directas a autónomos y microempresas, en una colaboración de la Generalitat, la Diputación y los ayuntamientos. 80 millones en Fomento de Empleo. Ayudas directas de hasta 12.000 euros a las empresas más afectadas para el pago de la Seguridad Social. 17 millones de ayuda complementaria para trabajadores que estén en ERTE. 8 millones para que esas ayudas adicionales lleguen a los autónomos que sean beneficiarios de las prestaciones extraordinarias por covid de la Seguridad Social. 8 millones más de ayudas directas y específicas para el ocio nocturno, sector que ha estado cerrado totalmente desde la primera hora de la pandemia. 7 millones de ayudas específicas para la artesanía y los sectores vinculados a las fiestas tradicionales. Casi 5 millones para ayudas directas al taxi. Y está próxima a su publicación una línea de ayudas para el sector del transporte regular y discrecional. Todo esto unido a dos líneas financieras de crédito propiciadas por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF). Una línea de préstamos entre 7.000 y 75.000 euros con un 30% no reembolsable. Si se pide un crédito de 10.000 euros, una ayuda directa de 3.000. A devolver en cinco años con uno de carencia y un interés del 0,5%. Y otra línea de préstamos participativos a largo plazo de hasta 800.000 euros para dar solvencia a empresas de mayor tamaño.

Ayudas hay y gestionarlas es ahora el reto. A todos nos va mucho en ello. La curva de contagios va mejor, las medidas restrictivas están dando resultado, pero aún estamos mal, muy mal. A sacrificios y renuncias individuales, beneficios colectivos. Esa es la ecuación y todos participamos en ella en la situación acutal. La responsabilidad individual es la terapia y la responsabilidad de las entidades públicas, la buena gestión. En esas estamos y para ello el plan Resistir es una muy buena opción. H

*Presidente de la Diputación