Joseph P. Overton definió que un político puede recomendar sin ser considerado demasiado extremista un rango de políticas aceptables en concordancia con el clima de la opinión pública en un momento concreto del tiempo. De esta manera, la ventana Overton es una teoría política que representa un ideario aceptable por el público como una ventana estrecha que ofrece viabilidad política de una idea mediante una manipulación social capaz de aceptar por imperiosa necesidad la legalización de cualquier cosa.

Quizás los gobiernos extremistas no entiendan ni conozcan tal teoría, pero sí que tenemos grandes ejemplos de cómo la aplican en base de un conjunto de justificaciones que aún privando de las libertades básicas y alejándose de la estabilidad que ofrece un posicionamiento de centro moderado, tratan de inocular en la sociedad como una necesidad para el bien común.

Siguiendo este modelo, el conseller de Vivienda, Rubén Martínez Dalmau, se saca de la chistera bolivariana la llamada ley de Tanteo y Retracto, con la muy loable justificación de limitar la especulación de los fondos buitre y tratar de que toda persona tenga ese acceso a una vivienda digna que marca nuestra Carta Magna. Pero ¿qué esconde en realidad esta ley que permite a las instituciones públicas optar preferentemente a la compra de cualquier vivienda que salga al mercado inmobiliario? No es otra que una vez más seguir con la implantación del chavismo bolivariano que permita a las instituciones privar de la libertad de acceso a la vivienda y controlar el mercado.

Mucho más incomprensible es cuando este derecho de Tanteo y Retracto se cede a las instituciones municipales para que dispongan de una parque inmobiliario que determine y controle los mercados locales. Es decir, lo que viene siendo un plan Edificant 2.0 o a la bolivariana. Yo te cargo el muerto, me lavo las manos y de paso coarto peligrosamente las libertades por el camino. ¿Se sumará La Vall a este rescate?

Secretario de organización de Ciudadanos en la provincia de Castellón y portavoz en la Vall d’Uixó