Y nos dieron las diez y las once. Las doce y la una, y las dos, y las tres. Y desnudos al amanecer nos encontró la luna». Así nos encontramos a 10 de junio del 2021, desnudos, y sin presupuesto para este año, y todo apunta a que se repetirá lo del año pasado, que no se presentarán ni aprobarán las cuentas del ayuntamiento hasta después del verano, todo un sinsentido en estos tiempos de pandemia, donde las inversiones son más necesarias que nunca, y las ayudas urgen a los castellonenses.

La semana pasada se aprobó una modificación de crédito de más de cinco millones de euros, un crédito que en un principio era de siete millones, y que por arte de magia se redujo en dos millones, un error que también desconocemos porque, explicaciones las justas. Rodillo y más rodillo.

Desde luego el Desacord del Fadrell sigue demostrando año tras año que no funciona. Las cuentas no salen, los proyectos si los hay, siguen paralizados; las ayudas inexistentes y ni se les espera, y los titulares de promesas incumplidas aburren y se amontonan. Por tanto un Fadrell confinado, hackeado y en obras, como nuestro ayuntamiento, y lo peor de todo es que seguimos con convocatorias improvisadas y apresuradas que intentan enmendar sus errores y que solo consiguen desconcertar más aún a los castellonenses y a la oposición.

«Y no hallé quien de ti me dijera, ni media palabra. Parecía como si, nos quisiera gastar el destino una broma macabra».

Los presupuestos que son el pilar fundamental de cada gobierno para llevar a cabo sus políticas, tanto a nivel social como económico, en este caso demuestra que al tripartito poco le interesan los castellonenses. Su prioridad son ellos, de ahí sus guerras partidistas dentro del Desacord, desde sus acomodados sillones y privilegiadas nóminas, hasta que la ciudadanía decida en las próximas elecciones apostar por un gobierno más sensato y honesto.

«Nos dijimos adiós. Ojalá, qué volvamos a vernos. El verano acabó. El otoño duró lo que tarda en llegar el invierno».

Portavoz de Cs en Castelló