"Lo normal es estar en crisis, lo anormal es no hacer nada". Las crisis son parte del crecimiento humano e incluso, son necesarias para el desarrollo. Sin embargo, no siempre contamos con las herramientas para resolverlas del mejor modo. Chile, es un país al Sur de América Latina, y con sus más de 4.300 kilómetros de norte a sur, es el país más largo del mundo. Pero ese no es su único récord. Chile ha protagonizado dos de los terremotos más grandes del mundo desde que se tiene registro de ellos, y cada cierto tiempo, su población y sus costas son azotadas por tsunamis y seísmos de grandes dimensiones, afectando en cada oportunidad, a varias regiones del país.

A estos sucesos, se agregan incendios forestales en sus bosques nativos, múltiples desplazamientos de terrenos producto de grandes lluvias en sectores desérticos, grandes incendios urbanos en la zona centro del país, entre otros. Cada suceso de estas características desnuda la profunda desigualdad socioeconómica, y los escasos apoyos de verdaderas crisis socio-naturales. Así es como lo que resulta una crisis para algunos, es una emergencia para otros, y un desastre para muchos.

Desde el terremoto grado 8.8, y tsunami de grandes proporciones, que golpearon al país el año 2010, todas las ciudades costeras tienen señalizaciones de zonas seguras y se realizan simulaciones de evacuación que representan un esfuerzo social y colectivo de toda la población. Hoy día, hemos aprendido que las crisis son más que la experiencia individual de un evento, y que la realidad sociopolítica que reclama nuevas configuraciones, debe ser abordada en su comprensión. En octubre del año 2019 protagonizamos una revuelta social que reclamaba condiciones más dignas para todos y todas. La violencia policial en el marco de los enfrentamientos en las calles, derivó en diferentes vulneraciones de derechos humanos, hasta que conseguimos avanzar a un proceso constituyente liderado por todos los sectores sociales.

A partir de todas estas experiencias, distintos profesores e investigadores de la Universidad de Playa Ancha, ubicada en Valparaíso, Chile, empezamos a discutir sobre la relevancia de la construcción de un Observatorio, que permitiera aprender de las situaciones de crisis, emergencia y desastres que tanto asolan la realidad nacional y latinoamericana. Quisimos colocar nuestra experiencia al servicio de la sociedad, y recuperar las experiencias de quienes han sido primera línea de respuesta en el ámbito de la salud, la educación y la intervención psicosocial. La Facultad de Ciencias Sociales de nuestra Universidad tiene una creciente tradición en iniciativas orientadas al vínculo con los territorios, con un enfoque participativo y orientado al buen vivir. Nos pareció el mejor espacio para comenzar a proponer una mirada que convierta cada crisis en una oportunidad.

El Observatorio Psicosocial en Situaciones de Emergencia (OPSE-UPLA) de la Universidad de Playa Ancha surgió como un proyecto apoyado por la Dirección de Vinculación con el Medio de la Universidad, y reunió a un equipo de profesores e investigadores de las ciencias sociales, salud y educación. Antes de la creación del OPSE-UPLA, nosotras y nosotros habíamos apoyado a diferentes comunidades luego de megaincendios, terremotos y protestas sociales; formándonos con expertos, así como desde la práctica.

Habíamos capacitado a dirigentes sociales en primeros auxilios psicológicos, y habíamos participado activamente en un centro de apoyo a víctimas que vivían diversas situaciones de represión y vulneración de sus derechos, por la violencia policial de 2019.

El OPSE-UPLA nos viene a mostrar el valor social que tienen las universidades cuando se ponen al servicio de quienes más lo necesitan. Se trata, ante todo, de un proyecto ético y político. En Chile, todos sabemos que «es normal un terremoto grado 5.0», por lo que lo anormal, debería ser no valorar los aprendizajes que hemos acumulado en tornos a estas crisis. En estos aprendizajes, no hemos estado solos. Hemos aprendido del Observatorio Psicosocial de Recursos en Situaciones de Desastre Mónica García-Renedo (OPSIDE), de la Universitat Jaume I de Castelló, el valor por la vinculación constante con las comunidades, y la pertinencia del rol social.

El OPSE-UPLA, en su primer año de funcionamiento, ha trabajado con experiencias escolares y acciones psicosociales en la actual crisis socio sanitaria derivada del covid-19; impactando en la formación de psicólogos y maestros, así como diseñando recursos pertinentes y contextualizados.emos realizado diferentes webinar, cursos y capacitaciones; y nos encontramos realizando talleres de cuidado de equipo con profesionales de la salud. Esperamos ir creciendo y avanzando en la interdisciplina, que nos permita aprender y aportar al enfrentamiento de las emergencias, de forma participativa, local y situada. Por ahora, contamos con un sitio web que iremos complejizando y mejorando de forma continua: https://observatorioemergencias.cl.

*Claudia Carrasco. Psicóloga. Directora general OPSE-UPLA

*Sebastián Ortiz. Psicólogo. Coordinador general OPSE-UPLA

*Daniela Palma. Psicóloga. Asistente general OPSE-UPLA