Querido/a lector/a, había preparado un comentario sobre el Estado social, sobre el Estado de bienestar, y si tenía sentido, o no, en el mundo en que vivimos, eso tan liberal del «menor Estado posible». Pero las últimas declaraciones de Aznar sobre los indultos parciales (salen de la cárcel pero no pueden tener cargos públicos) a los presos del procés, me refiero a eso de «la humillación», «del error» y de que «no se puede indultar a los que no se arrepienten», me ha hecho cambiar de asunto y escribir un nuevo comentario que hable de hipocresía.

Hablo de hipocresía porque los indultos existen desde siempre, son legales y todos los gobiernos y presidentes de la democracia los han concedido. Hablo de hipocresía porque han beneficiado a gentes del 23- F, del GAL, de Filesa, de la corrupción política, de la ETA, de Terra Lliure, del Yak-42... y, en algunos de esos casos, no solo tenían los informes de la fiscalía en contra si no que, además, los indultados no mostraron arrepentimiento (o es que el general Armada, el que tenía que ser presidente después del golpe de Estado, pidió perdón). Hablo de hipocresía porque mientras todo eso pasaba la derecha política, social y sus voceros mediáticos guardaba silencio. Hablo de hipocresía porque ahora presentan como traición a la patria lo que hacían cuando estaban en el gobierno: cabe recordar, en concreto, que Aznar concedió indultos a 15 independentistas condenados por pertenecer a banda armada y a Terra Lliure. Hablo de hipocresía porque aunque esta historia se presente disfrazada de banderas y de amor a la tierra, solo se busca acosar al gobierno para debilitarlo y conseguir el poder político. Lo han hecho con la pandemia al no querer colaborar, con el hostigamiento a Pablo Iglesias y a Podemos por mantener al gobierno e influir en su política y, ahora, utilizan los indultos.

Analista político