Esta semana hemos vivido en Vila-real un acto cargado de simbolismo: la entrega del bastón de mando a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Vila-real por parte del comisario principal, jefe regional de Operaciones de la Comunitat, Alfredo Garrido. Un acto al que hemos asistido con orgullo y que nos ha permitido poner en valor el trabajo de los agentes que nos protegen desde hace más de 40 años.

Las sociedades nos dotamos de una serie de normas de convivencia; un compromiso social que garantiza que todos somos iguales ante la ley. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado son los garantes de este acuerdo social. Por eso, quiero reiterar una vez más el reconocimiento de toda la ciudadanía al Cuerpo Nacional de Policía en Vila-real, capitaneada por el jefe de la comisaría local, Carlos García Alzas, a quien quiero felicitar por su ascenso y desearle toda la suerte y aciertos en su próxima andadura.

Un agradecimiento que es todavía mayor, si cabe, después de lo vivido en el último año y medio. Aunque no podemos cantar victoria, tras mucho dolor, parece que poco a poco vamos venciendo al virus. Y qué duda cabe que el papel de la Policía Nacional, siempre en estrecha colaboración con nuestra Policía Local y otras fuerzas de seguridad, ha sido fundamental.

En 1978 se constituyó la comisaría de Policía Nacional de Vila-real. Desde entonces, y para sonrojo de muchos de nosotros, nuestros agentes han tenido que trabajar en condiciones de provisionalidad y de precariedad. Esta semana, por fin, gracias también al empeño del comisario provincial, Emilio Romero; de la subdelegada del Gobierno, Soledad Ten, y con el apoyo del jefe superior de la Policía Nacional en la Comunitat, Jorge Zurita, además de los sindicatos, estamos poniendo los cimientos de la que será la nueva comisaría de Vila-real. En concreto, el Pleno municipal ha aprobado el trámite necesario para poder modificar la calificación del suelo en una parcela de 8.000 metros cuadrados donde se levantará la comisaría del siglo XXI que Vila-real y el Cuerpo Nacional de Policía merecemos. El compromiso, el dinero y el suelo están ya ahí para hacer realidad la comisaría que requiere una ciudad como Vila-real.

En la plaza del Labrador, recientemente mejorada gracias a la colaboración del Villarreal y su presidente, Fernando Roig; frente al imponente Estadio de la Cerámica, la entrega del bastón de mando por parte de la Policía Nacional a nuestra comisaría nos ha permitido mostrar públicamente nuestro agradecimiento por su trabajo para garantizar la seguridad en nuestro proyecto colectivo. En nuestros partidos de fútbol nacionales e internacionales; en nuestras 400 industrias; en las calles y plazas; en los más de 1.100 comercios. En definitiva, en una ciudad de 55 kilómetros cuadrados, prestadora de servicios comarcales, que de sus 51.400 habitantes de derecho pasa cada día a más de 80.000 habitantes de hecho. Una ciudad industrial, labradora y de servicios, innovadora, inclusiva y sostenible. Sin el Cuerpo Nacional de Policía, no sería posible.

Alcalde de Vila-real