Querido/a lector/a, en la misma página del mismo periódico del mismo día, leo noticias que, por calificarlas de alguna manera, diré que unas son de cal y otras de arena. Apreciaciones que, según mi criterio, son tan claras que espero que no necesiten de muchas explicaciones para entenderlas. Otra cosa es que por intereses partidistas de desacreditar al gobierno y acceder lo antes posible al poder político, no se quieran tener en cuenta las posibilidades que por el bien de todos y de España parece que se abren.

En todo caso y, repito, según mi criterio, se puede considerar una buena noticia o de cal, el hecho de ver que después de cuatro años sin aparecer la Generalitat de Cataluña por el Consejo de Política Fiscal y Financiera, Jaume Giró, el conseller de Economía y Hacienda, asistió y tuvo una participación muy activa y positiva. O mejor aún, hace pocos días se reunió la comisión bilateral Estado-Generalitat y, todo apunta a que, con dificultades, se abre una vía de reconocimiento institucional y de normalidad. Con ello no digo que esté resuelto el asunto Estado-Generalitat. Ni mucho menos. Tan cierto que, como una mala noticia, de arena, destaco que Pere Aragonès, el presidente de Cataluña, no acudió a la reunión de los presidentes de las autonomías.

Facilitar encuentros, provocar el diálogo y buscar soluciones es el camino acertado en un Estado complejo o plural en el que conviven con competencias exclusivas y compartidas los gobiernos que conforman España, el del Estado y los de las diferentes regiones y nacionalidades. Lo otro, lo de la arena permanente, lo de organizar campañas desgarradoras de confrontación y de pura y falsa propaganda política, puede deteriorar al gobierno y acercar la oposición conservadora al poder, pero no ayuda a la solución de los problemas reales que tienen nuestras tierras y gentes.

Analista político