El Estatuto de Autonomía configura la Academia Valenciana de la Lengua como la institución normativa del idioma valenciano (art.6.8 y 41). Se crea por la ley 7/1998 de la Generalitat que le obliga a velar por el valenciano partiendo de la realidad lingüística genuina valenciana (art.3), a velar por el uso normal del valenciano y a defender su denominación e identidad (art. 7.1).

La realidad es que se creó en un pacto entre el PP de Zaplana y Jordi Pujol para que este apoyara el gobierno de Aznar, injerencia inaceptable que explica por qué no tiene el nombre lógico, Academia de la Lengua Valenciana, y que se creara cuando ya cumplía esta función desde hace 100 años la Real Academia de Cultura Valenciana. Su actuación no parece corresponder a estas funciones y la vemos vulnerando el Estatuto. Con temas como el diccionario normativo del valenciano o la reunión del pleno del 31 de enero del 2020 para ratificar (no estudiar o debatir) el documento del Instituto de Estudios Catalanes donde se establece la unidad de la lengua catalana. Y si eso es así, la última institución ya se encarga de regular la lengua con lo que la valenciana no tendría sentido, salvo para obedecer órdenes catalanas y para que 21 amiguitos elegidos por los partidos políticos cobren espléndidamente (varios millones). Y para que sirva de caballo de Troya del imperialismo catalanista que ya vemos donde va a parar, la fragmentación social y los conflictos que crea, que algunos inconscientes quieran repetir aquí. Ojalá no lo logren.

Notario y doctor en Derecho