Querido/a lector/a, en ejercicio de nuestra libertad y chulería, podemos ponernos los moños y las medallas que nos dé la gana pero la realidad señala que, en estos momentos, hay un par de temas esenciales para la humanidad española en los que no somos los más avanzados. Me refiero a la educación (al lugar que ocupamos en el ránking de universidades) y, aunque parezca extraño, también al fútbol.

En lo que se refiere a las universidades, que estos días se han hecho públicas las listas de los mejores campus y, según el listado de Shanghai o Clasificación Académica de las Universidades del Mundo, doce campus españoles entran en el top 500, pero seguimos lejos y apartados de la excelencia. Por lo visto, tenemos mucho talento (incluso repartido por el orbe) y mala financiación en un asunto, el de la educación, en el que se valora la ciencia y la investigación y se penaliza a los centros orientados a las ciencias sociales y a las humanidades.

Como decía, tampoco en fútbol (asunto vital para el cotilleo cotidiano) estamos a punto de caramelo. Y eso que jugar sabemos. Se ha visto en el Europeo de selecciones y en los Juegos Olímpicos. Pero en el mundo de los clubs y de su gestión no nos aclaramos. Podemos decir que los otros tienen jeques, participan en bolsa, acumulan dinero y hacen grandes plantillas..., pero la verdad es que tenemos problemas que nos impiden ser competitivos: estamos divididos y confrontados, la Federación no se habla con la Liga, la Liga no se habla con algún club, el fondo de inversión que gusta a unos no gusta a otros...

Repito, la educación es un tema vital para el desarrollo social y económico de seres humanos y pueblos, pero el fútbol imagino, sin ser especialista, que debe formar parte de la salud mental y la comunicación colectiva. En todo caso, ahora, ni en lo uno ni en lo otro destacamos.

*Analista político