Museo Arqueológico Nacional de España, una visita muy interesante que aconsejo a todos para conocer nuestra historia. Además, tiene una de las mejores colecciones numismáticas del mundo con 300.000 ejemplares.

Pero antes era mejor. Durante la Guerra Civil sufrió la incautación de su colección de oro. El 4 de noviembre del 1936 a punta de pistola entraron la Guardia Nacional Republicana y milicianos, siguiendo las órdenes del gobierno, al mando del subsecretario del Ministerio de Instrucción pública, Wenceslao Roces, y su 9 largo, con su ayudante, Antonio Rodríguez Moñino. Requisaron todo el oro que pudieron, monedas de incalculable valor, egipcias, cartaginesas, romanas, griegas, bizantinas, hispano-árabes, visigodas, etc. Enfrente, el heroico jefe de numismática del museo, Felipe Mateu y Llopis, dispuesto a jugarse la vida. Durante la requisa, escondió todas las que pudo en cajones, rendijas y donde fuera para evitar que las expoliaran, y eso que le llamaban fascista y le amenazaban con fusilarle.

Intentó confeccionar una ficha de cada pieza y un inventario, pero se lo impidieron. Finalmente expoliaron casi 16 kilos de oro, en miles de monedas que introdujeron en sacos.

Y no lo querían para salvaguardar el patrimonio cultural y artístico de España. No, estos sinvergüenzas se lo llevaron en el yate Vita, que fletó Negrín y que se quedó Prieto, hasta Méjico, donde fundieron la mayoría de las piezas.

Burros, más que burros, algunos eran ejemplares únicos, todos imposibles de sustituir. Los fondos obtenidos, que no se sabe ni cuánto ni cómo, les vinieron bien para darse la buena vida a todos estos mangantes.

Notario y doctor en Derecho