En unas semanas acaba el curso. Muchas jóvenes acabarán la ESO, otras muchas abandonarán sus estudios y otras aprobarán la selectividad; todas ellas se plantearán qué hacer con su futuro. De entre todas las opciones, habrá una que seguro, ninguna de ellas valora, ni desea, ni su familia le recomendará como futuro laboral y vital: la prostitución.
¿Por qué, sin embargo, sigue habiendo debate sobre si se trata de una profesión? ¿Por qué algunos defienden que se trata de una actividad económica?
La prostitución no es un trabajo, es una forma de esclavitud y de violencia contra las mujeres. Es la máxima expresión del patriarcado, ya que perpetua los roles de sexo dominante y sexo dominado y sitúa a las mujeres en una posición de inferioridad respecto a los hombres, trata a las mujeres como meros cuerpos al servicio del placer, deshumaniza a las mujeres y las cosifica. Incompatible con la consecución de una sociedad igualitaria, justa y libre. Una sociedad democrática no lo puede permitir.
¿Si no queremos la prostitución para nuestras hijas, para qué mujeres nos parece admisible ese maltrato? ¿De verdad queremos que la prostitución sea una opción de trabajo?
Abolición
El destino de la prostitución en una sociedad avanzada solo es uno, y el Consell de Ximo Puig lo tiene claro: la abolición. En el 14 Congreso, los y las socialistas valencianas aprobamos que el PSPV es un partido abolicionista y, por ello, desde nuestros ayuntamientos trabajaremos para aprobar una ordenanza abolicionista de la explotación sexual y la prostitución. El socialismo defiende que las mujeres seamos libres e iguales, y contamos con todos y todas, a todos los niveles, para hacer realidad el fin de esta lacra y para que la prostitución nunca sea para nadie.
Secretaria de Igualdad del PSPV-PSOE de la provincia de Castelló
