El Periódico Mediterráneo

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Francisco Cabañero Catalán

El deporte base es mucho más que deporte

Cada fin de semana se producen cientos de riñas y peleas en actividades deportivas con menores

Lamentablemente, seguimos oyendo casos de violencia en el deporte base. Que si un padre invade un campo de fútbol o una cancha de baloncesto donde juegan niños de 10 años e increpa de forma inaudita al árbitro, que si jugadores agreden a árbitros, padres enzarzados en peleas...

Por desgracia, en el deporte base hay otra cara que nos gustaría que desapareciera. Nos encontramos con la violencia. Violencia que no debería aparecer pero que seguimos viendo temporada tras temporada y que aparece mucho y, por desgracia, muy frecuentemente. Sin ir más lejos, el pasado mes intentaron agredir a una árbitro en un partido de alevines por parte del entrenador. No hace mucho hubo una agresión en Tenerife en un partido de fútbol base.

Al final del partido, si puedo decir que me divertí, entonces fue un buen partido. Así debería ser para todos los niños y las niñas que practican su deporte favorito, pero, ¿y si tu mayor pasión se convirtiese en tu peor pesadilla? Esta es la realidad de miles de personas cada día. Todos y todas somos susceptibles de sufrir violencia en innumerables entornos de nuestras vidas, incluso en ambientes en los que a priori suponemos seguros, sanos.

Un entorno donde sorprende encontrar tanta violencia es el deporte base, una actividad física complementaria (que en algunos pocos casos puede desembocar en una práctica más profesional o de alta competición), en esencia una actividad que practican menores de edad. Esta particularidad hace que los/as deportistas sean más susceptibles de sufrir abusos, ya que, por su edad, no tienen las herramientas necesarias para frenar esas situaciones, o incluso entender siquiera por lo que están pasando.

Pero en numerosas ocasiones nos preguntamos: ¿ y a qué es debido todo esto ? ¿Realmente queremos esto para nuestros hijos ? Las respuestas serían un gran número y muchas de ellas hacia una misma dirección: inculcar a los niños «ganar, ganar y ganar». Pero los niños reflejan lo que ven en los mayores y aquí es donde los especialistas lamentan la falta de educación y valores que reciben los niños, que están muchas veces cerca de altercados en el deporte o cerca de la avaricia de ser los primeros.

Alejados de los focos y de los grandes alientos de la gente, cada fin de semana se producen cientos de riñas y peleas en el deporte base. No es un ejemplo para los que intentan emular a sus grandes ídolos que salen en la tele y que para ellos son una referencia. En los partidos de prebenjamines ya hay insultos, se escuchan auténticas barbaridades en algunas ocasiones, y por encima de todo tenemos que tener en mente estas tres premisas: aprender, compartir y respetar. Son premisas que cada domingo, Coasveca y Encuentros Deportivos Castellón iintentamos inculcar a los cientos de niños de 4 y 5 años que pasan por las instalaciones deportivas Chencho para disputar encuentros sin competir (el resultado es lo de menos) pero con un objetivo común de divertirse y hacer amigos porque no competimos, compartimos. Y compartimos unos valores de respecto al prójimo. Además, a esto le sumamos que cada semana invitamos a una asociación del tercer sector para mostrar su día a día y hacer ver que no todo es fácil en esta vida y que la otra cara del deporte base debe ser la de la solidaridad y no la de la violencia.

Muchas veces me planteo dónde está el inicio de todo, si lo que pasa en el deporte profesional es fruto de lo que se aprende en la base o es al revés. Solo hace falta ver lo que sucede un fin de semana en cualquier campo, un partido de fútbol en benjamines se puede convertir en un Barça-Madrid. Y nos olvidamos de la importancia de formar y fomentar valores. Los fines de semana, la gente escucha lo que se dice en las instalaciones deportivas donde se desarrollan las competiciones de deporte base, y nadie dice nada, parece como que sea algo normal. Muchos descargan su rabia acumulada durante toda la semana y la manifiestan de forma violenta en dichas instalaciones.

Existe una realidad a la que no podemos dar la espalda: la violencia existe en el deporte base. Y así es. Inculquemos a los niños que deporte no es competir y que no solo vale ganar a cualquier precio, sino disfrutar y compartir respeto hacia los demás.

Nos surge una pregunta: ¿son los padres responsables de la problemática de episodios de violencia existentes en el deporte base ? Reflexionemos y miremos hacia un deporte basado en aprendizaje y respeto y limpiemos esta otra cara del deporte base.

Para terminar el artículo quiero que reflexionemos, porque la violencia en el deporte base es un problema que lo estamos normalizando y el deporte base es mucho más que deporte, es EDUCAR EN VALORES.

*Presidente Federación Coordinadora de Entidades Ciudadanas de Castellón

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