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Óscar Clavell

A FONDO

Oscar Clavell

Cuenta atrás

Iniciamos el último año de esta legislatura y el actual gobierno autonómico muestra deficiencias

Hemos iniciado el último año de la actual legislatura y emprendemos la recta final hacia las próximas elecciones locales y, previsiblemente, autonómicas en la Comunidad Valenciana. Es cierto que cada municipio es un mundo y las casuísticas son tan variadas y dispares que necesitaría de un artículo como este para hablar de cada uno de ellos.

Por este motivo centraré mi opinión en las elecciones autonómicas, que salvo adelanto electoral, se realizarán con mucha probabilidad el mismo día que las locales. Y la pregunta es cómo afronta este último año el gobierno del Botànic. Sin lugar a dudas, después de siete años de mandato son obvias las deficiencias que desde el primer instante mostró esta amalgama de partidos de izquierdas, alguno de ellos incluso antivalencianista, consentido por el socio mayoritario del ejecutivo autonómico que tampoco carece de estos tics catalanistas y de sumisión a la región vecina.

Llevamos dos semanas viendo cómo los miembros del tripartito, en público y sin ningún tipo de tapujos, se dicen lo que antes hacían con discreción y a puerta cerrada. Por un lado, la vicepresidenta Oltra, acosada por los escándalos cometidos en su Conselleria tras su nefasta gestión en el caso de los abusos sexuales a una menor tutelada por la administración pública, se niega a dimitir cuando ya existen 13 cargos bajo su responsabilidad imputados por este caso. Mientras su compañera en el Consell, Gabriela Bravo, le indica dónde está la puerta.

Por otro lado, los consellers Barceló y Marzà abandonan el barco en el último momento, demostrando su fracaso más rotundo en dos áreas fundamentales en la gestión política como son Sanidad y Educación, respectivamente.

Por si todo esto fuera poco, el portavoz socialista en Les Corts prefiere marcharse a defender al presunto líder de una trama corrupta antes que concluir esta legislatura en dicha función. Posiblemente ayude más a su partido en ese nuevo cometido que desde su escaño en el parlamento valenciano.

Debilidad del presidente

Y ante esta dramática situación, ¿qué hace el máximo representante del Consell? Toda esta remodelación del Gobierno valenciano ha evidenciado la debilidad de un presidente salpicado por el caso de su hermano y otros de presunta corrupción, y que no cuenta con la fuerza suficiente para liderar un territorio que está perdiendo los trenes de las oportunidades con mucha frecuencia. Ximo Puig está agotado, vacío de ideas, sin ninguna iniciativa interesante que mejore la vida de los valencianos. Y somos precisamente los ciudadanos de esta tierra los perjudicados por esa inacción, mientras otras comunidades autónomas marchan a velocidades que nos costará mucho tiempo alcanzar.

Ahora más que nunca la Comunidad Valenciana exige un cambio, un relevo en la forma de hacer política que piense más en las personas y menos en los cargos. Unos políticos que se dediquen en cuerpo y alma a los ciudadanos y no inviertan todo su tiempo y energía en luchas intestinas en gobiernos agonizantes.

En poco menos de un año los valencianos hablaremos y lo haremos alto y claro.

Diputado del PP en el Congreso

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