El Periódico Mediterráneo

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Pablo Sebastiá

PUNTO DE VISTA

Pablo Sebastiá

La gala

El evento en el que mejor se palpa el sentir de la ciudadanía, del mundo empresarial y del tejido asociativo castellonense es la gala de la Empresa del Año del periódico Mediterráneo.

El martes pasado, en el Auditorio y Palacio de Congresos, la estrella invitada fue Carlos Mazón. Todos le miraban de reojo y, durante los corrillos previos y posteriores, buscaban acercarse a su círculo de influencia. Ya saben, queridos lectores, cómo atrae el poder del gran capitán. Además, Carlos navega con el viento a favor.

A Ximo Puig, hasta hace poco musa indiscutible de este sarao, apenas se le acercaron algunos de los suyos. Cabe añadir que lo vi muy cansado, física y emocionalmente. Por otro lado, el personaje más cordial y simpático de entre todos los socialistas, como siempre, fue el presidente de la Diputación, Pepe Martí.

Encerrados en sus círculos

Respecto a la gente de Compromís, como viene siendo habitual, crearon sus propios círculos y se encerraron en ellos. Destacaré que el concejal de Castelló Ignasi Garcia sí que se esforzó por romper ese rollito endogámico y, por momentos, abandonó la seguridad del grupo y se atrevió a socializar. Ignasi está a otro nivel, a años luz de sus compañeros.

El punto tragicómico, al más puro estilo Charlie Rivel, lo puso la gente de Podemos con Fernando Navarro al frente. Deambularon por el Auditorio como almas en pena, sabedores de la indiferencia que despiertan entre el tejido asociativo, empresarial, sindical y financiero.

Para concluir diré que Luis Hernández, máximo dirigente de Grespania, recibió el galardón a la empresa del año con un discurso valiente. No le dolieron prendas a la hora de cantar las verdades del barquero. En este país siempre que falla la política es la empresa la que acaba sacando las castañas del fuego.

Escritor

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