Hace poco más de 15 días se puso en marcha el mecanismo de la excepción ibérica, conocido como tope al gas, impidiendo que el precio de la luz subiese como en el resto de países europeos. Junto a un paquete de medidas para evitar que la situación que el mundo entero vive, se notase todavía más en las economías de nuestros hogares.
En las noticias hemos visto el precio mayorista de la electricidad y todos nos hemos dado cuenta de la terrible subida que ha experimentado. Pero también podemos ver nuestro recibo de la luz, y lo cierto es que, con las rebajas fiscales, las ayudas y el tope al gas, en un hogar promedio que habría estado pagando más de 90 € al mes, el recibo acaba quedando en poco más de 60 €. Y en un hogar vulnerable no llega a 30 €. Eso son bajadas del 30% al 60% respecto a lo que habría sin las medidas del gobierno.
La situación es muy complicada, sin duda. Y la inflación está en máximos históricos. Lo está en toda Europa y no somos una excepción.
Un gobierno no elige los tiempos que le toca vivir, pero sí elige las medidas que adopta y a quién decide proteger y defender. Saliendo de una pandemia y con una guerra a las puertas de Europa, es más necesario que nunca poner un escudo que proteja a la clase media y trabajadora. Un escudo social que empezó durante la pandemia y que sigue en pie.
Los gobiernos eligen, y el gobierno de Pedro Sánchez ha tomado su decisión. Podría haber recortado como hizo la derecha hace una década en la anterior crisis. Pero ha decidido proteger a las personas como tú, que estás leyendo esto. Ha decidido que la igualdad, la justicia y la solidaridad son principios por los que hay que luchar con políticas progresistas.
Diputado nacional y vicesecretario provincial del PSPV-PSOE
