El Periódico Mediterráneo

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Susana Marqués

LA RUEDA

Susana Marqués

Días de verano

Encaramos agosto, mes de vacaciones por excelencia y en el que muchos elegirán Benicàssim para disfrutar de su merecido descanso. Conscientes de ello hemos preparado una importante agenda para que disfruten con amigos o en familia. Música, teatro, deporte, exposiciones, talleres, o simplemente sorprenderse con nuestro enorme patrimonio natural, son solo alguno de los planes que le esperan en Benicàssim.

Pero si me permiten, este fin de semana será muy especial ya que nuestro Festival d’Havaneres llega a su 35ª edición. Fue allá por el año 1986 cuando gracias al empeño del castellonense Paco Puig, componente del Grup Maig, Benicàssim contó con su primer concierto de habaneras. Fruto de aquel entusiasmo nació Canya de Sucre, un grupo local formado por benicenses amantes de la música y la cultura popular.

Este año el festival regresa con la ilusión de siempre, pero con la notable ausencia de uno de sus componentes fundadores, Josep Lluís Tàrrega i Latorre, un benicense orgulloso de su tierra y alma máter de Canya de Sucre. Quienes tuvimos la oportunidad de conocerle reconocemos su sobrada profesionalidad y dedicación como docente, pero sobre todo quienes tuvimos la suerte de tratarle de forma más personal compartiendo noches de ensayo y conciertos, sabemos de su carácter afable, de su amor por la música en general y por estos sones de añoranza marinera, en particular.

Las nostalgias de marineros españoles que volvieron de Cuba

Y si mañana alcanzamos la 35ª edición del festival es gracias al tesón, esfuerzo y dedicación de Josep Lluís por acercar al público estos ritmos melódicos que escondían las nostalgias de tantos marineros españoles que volvieron de Cuba así como el dolor que provocan las despedidas precipitadas. Desde el Ayuntamiento de Benicàssim no podíamos dejar de rendir un merecido homenaje a quien prestó una desinteresada colaboración con la institución, formando generaciones y contribuyendo de forma notable a difundir nuestra cultura popular. Y lo haremos junto a quienes compartieron con él noches memorables de grandes conciertos, familia, compañeros y miles de vecinos a los que Josep Lluís ganó su corazón.

Una noche más, nos dejaremos mecer al ritmo de habaneras en el mismo lugar donde tantas veces rasgó las cuerdas de su guitarra para acompañar al grave de su voz.

Alcaldesa de Benicàssim

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