Una consecuencia cruda y notoria de la pandemia es el incremento de personas afectadas en su salud mental, en especial de colectivos más vulnerables como son las personas jóvenes y las personas en riesgo de exclusión social.
Es necesario trabajar desde las instituciones para mejorar la atención en salud mental, por ello desde Unides Podem queremos una ley valenciana que blinde el derecho a la salud mental en el sistema público. Estamos trabajando en ello, junto con la sociedad civil, porque entendemos que actualmente la precariedad y la pobreza son condicionantes de peso en materia de salud mental.
La era pospandemia sumada a las consecuencias de la guerra en Ucrania nos trae un panorama nada halagüeño en cuanto a la reducción de esta lacra que vivimos desde siempre, me refiero al suicidio. Una forma de acabar, para algunas personas, con el sufrimiento que acompaña sus vidas.
En la propuesta programática de 2019 de Podemos ya lo incluimos: «Nuestro sistema ha desatendido casi por completo la salud mental y ha trasladado la responsabilidad de la atención y la prevención a las familias y personas allegadas». Es nuestra responsabilidad construir un verdadero sistema de atención a la salud mental con financiación suficiente, con un enfoque de género y derechos humanos y con un protocolo especial para prevenir el suicidio.
Nuestra propuesta autonómica intenta blindar el derecho a la salud mental, que consiste en aumentar las ratios de psicólogos clínicos hasta 18 por cada 100.000 habitantes; de psiquiatras hasta 18 por cada 100.000 habitantes y de enfermeros especialistas en salud mental hasta 23 por cada 100.000 habitantes.
Es urgente
Trabajar por mejorar la atención en salud mental es urgente, en tanto se ha constatado que las personas jóvenes son quienes más padecen problemas en su salud mental y por ende incrementan el índice de suicidios. Es algo grave, el suicidio es ya la principal causa de muerte entre la población joven. El incremento de los suicidios en adolescentes impresiona y evidencia la magnitud de esta realidad, a la vez que visibiliza la poca importancia que le hemos dado todos a la salud mental de la población en general. Que las y los jóvenes se sigan suicidando es un síntoma preocupante del estado de la salud mental de nuestra sociedad pospandemia. En esta franja de edad se han triplicado los casos de suicidios desde 2006.
Reflexionemos, respecto a la lacra de los suicidios, hemos avanzado poco. Hace casi un año el Congreso avaló tramitar la proposición de ley de salud mental presentada por Unidas Podemos, con el voto a favor del PSOE, ERC, Bildu, Más País, Compromís y hasta Ciudadanos, con la abstención del PP y el rechazo de Vox y del PNV. Ahora está congelada en la Comisión de Sanidad. Solo encontramos obstáculos cuando cada día 11 personas se quitan la vida. No lo podemos permitir.
Diputada de Unides Podem en les Corts
