Yolanda Díaz, la nueva Pasionaria moderna, guapa, simpática, empática y de gran inteligencia, puede ser el torpedo que acabe de agujerear el casco del buque de Ferraz que pilota Pedro Sánchez. «Cuando te vi sabía que era cierto. Este temor de hallarme descubierto», reza la letra de Yolanda, la icónica canción de Pablo Milanés, que viene como anillo al dedo al desasosiego que la lideresa de Sumar (denominación hábil que guarece al comunismo de nueva generación) siembra en el presidente del Gobierno, obligado a tragar con las propuestas de Díaz que tienen a los ministros del PSOE en pie de guerra. La letra escrita en 1970 por el cantautor Milanés, de pensamiento similar al de la vicepresidenta que también acabará con el poder de Unidas Podemos, hoy es actualidad en España. Y sí, Sánchez sonríe y cede ante la atípica rubia de la izquierda siendo consciente de «este temor de hallarme descubierto». La imagen de Yolanda hace sombra al jefe del Ejecutivo, se expresa incluso mejor y nadie la abuchea. Acaba de conseguir que Carrefour, el gigante de la alimentación, ofrezca una bolsa de comprar con 30 productos básicos por 30 euros, en modo Venezuela, cuyos efectos pueden ser contundentes en una amplia franja de ciudadanos acuciada por la situación económica. El gran problema que tan poco preocupó a los preguntadores seleccionados y aleccionados por Bolaños, el ministro de barniz jesuita, en la pifia sanchista de la puesta en escena bufa del lunes en la Moncloa.
Milanés, anticastrista tras pasar por un campo de concentración, nunca renegó de la Revolución Cubana, y sigue recordando: «Yo soy revolucionario, ellos no». Igual que Yolanda Díaz, la revolucionaria amable que va sumando.
Periodista y escritor
