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Joaquín Serrano

Punto de vista

Joaquín Serrano

Lo prestado, ni agradecido

La amistad sincera se va al garete junto con la buena fe inicial

Ni pagado. Hablamos de préstamos entre amigos. Pueden ser de diferentes tipos, de objetos o de dinero. Es el caso de pequeñas cantidades que en ese momento le faltan para algo o que realmente tenga apuros económicos y le ayudas con un préstamo. En el primer caso, en el momento te lo agradecen y luego tienen poca memoria o no le dan importancia, olvídate que no cobras. El segundo es más serio, lo mejor sería documentarlo y firmar algo, pero como normalmente sabe mal, no se hace, en tu caso te fías, a él le hace falta y tu puedes permitírtelo, también te lo agradece, pero ¿te lo devuelve? Normalmente no tiene prisa y no parece acordarse. Y entonces surge la cuestión, hay que reclamarlo.

Si a pesar de la vergüenza que sientes, lo haces, es muy probable que el deudor se lo tome a mal, se considere insultado, tratado de moroso, y piense que a ti te sobra y a él le falta y que es una injusticia. Su agradecimiento se torna en rencor y en tratar de escaquearse. La amistad sincera se va al garete junto con la buena fe inicial, seguramente de los dos. Rarísima vez acabas recuperando tu dinero. Si no se lo pides, entonces seguro que nunca jamás ves un duro.

Yo lo tengo claro, tras muchas decepciones, solo presto cosas o cantidades que me dé igual recuperar, es decir, que las doy por perdidas, si luego no me lo devuelven me da igual y si lo hacen resulta que además se lo agradezco. De lo que se infiere que si se trata de objetos y le tienes un aprecio singular, no los prestes nunca. En todo caso es mucho mejor prestar o dar a que te presten o te den. La generosidad es una virtud.

*Notario y doctor en Derecho

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