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Cristina Fernández

LA CLAVE POLÍTICA

Cristina Fernández

Benicàssim por bandera

El pasado viernes, justo una semana después de que la alcaldesa nos expulsase del gobierno de Benicàssim, los concejales de PSPV, Podem, Compromís, Ciudadanos y un exedil de Vox nos reunimos para analizar la nueva etapa política que se abría. En realidad fue mucho más que eso, un encuentro sincero, cordial, dialogante, en el que cinco partidos de ideologías diferentes supieron aparcar sus diferencias por un bandera común: Benicàssim. Por mucho menos algunos hubiesen calificado de «histórico» este acuerdo para impulsar lo que de verdad importa a nuestros vecinos frente a la tiranía de nuestra alcaldesa. La misma que ya tenía preparada la nota de prensa de una moción de censura que la convirtiese en lo que más le gusta: ir de víctima.

No fue casual que la fotografía que ilustra ese acuerdo de cooperación fuese la de todos sujetando la bandera de nuestro municipio. Es lo que nos une y también lo que nos duele, tras ver como la que debería ser la alcaldesa de todos los benicenses es, solamente, la de sus acólitos. Porque Benicàssim es suyo y de nadie más. Los que votaron a los otros cinco partidos en las anteriores elecciones no existen, sus socios de gobierno tampoco existen, ni siquiera el Partido Popular, solamente existe ella. El susanismo o la nada. Comunismo o libertad que diría Ayuso... caciquismo o libertad, que decimos nosotros. Solamente hay que escuchar sus reveladores discursos para darse cuenta de que ha confundido su cargo con el de un César pretoriano. «Yo yo yo y solamente yo soy Benicàssim».

Resulta curioso que en un país en el que es imposible llegar a pactos (judiciales, económicos o sociales), las terminales mediáticas de la alcaldesa critiquen nuestro acuerdo. ¿En qué quedamos? A diario criticamos que es imposible dejar las siglas a un lado y, cuando lo conseguimos, se critica precisamente la amplitud de ese abanico. Pero como decimos, son sus escribas y ese es otro de los problemas que tiene nuestro municipio, que vive en una realidad paralela. Una realidad inventada en la que los perros se atan con longanizas, las familias llegan pletóricas a final de mes y la luz está tirada de precio. En la que todo lo bueno lo hace la alcaldesa y todo lo malo los demás. Y así nos va.

Jesús Gil, Nicolás Maduro o Fidel Castro

Un consejo a los escribas, reflexionad que aún estáis a tiempo. ¿Qué clase de gobierno es capaz de movilizar en contra a todos los concejales de todos los partidos con representación? A todos y mira que es complicado. Pues uno que tenga como referentes de buena praxis política a Jesús Gil, Nicolás Maduro o Fidel Castro. Pero Benicàssim no es la Marbella de los 90, ni la Cuba de los 70, es un municipio democrático gobernado de una forma despótica que no es admisible en el año 2020. Por eso, en lo que queda de legislatura, nos hemos unido. Para devolver la dignidad y el respeto que el susanismo nos ha robado. A todos. También a los que votaron a las siglas del Partido Popular, creyendo que la actual alcaldesa iba a honrar sus principios democráticos. No los representa, como no representa a ese partido, simplemente lo usa. Lo mismo que lleva haciendo desde que comenzó una carrera política basada en la traición a quienes la llevaron donde está.

Portavoz de Ciudadanos en la Diputación y en Benicàssim

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