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Jose Benlloch

A FONDO

José Benlloch

Decisiones valientes para salvar la cerámica

La decisión de construir la gigafactoría en Sagunto supone un balón de oxígeno también para Vila-real

Vivimos una situación social y económica muy difícil. Una verdadera tercera guerra mundial en la que estamos siendo víctimas de un asedio en toda regla. En estas circunstancias, la decisión de Volkswagen de construir la gigafactoría de baterías en Sagunto supone un auténtico balón de oxígeno y una gran noticia para toda la Comunitat Valenciana, para España y también para Vila-real y nuestra provincia.

Algunos no han tardado en criticar la inyección de dinero público que la hará posible. Precisamente, los mismos que se llenaban la boca con carreras de coches en un Canal 9 manipulado para el autobombo. Pues bien, la inyección pública en la gigafactoría no llegará ni a la mitad de los 1.200 millones que costó la deuda de la televisión autonómica del Partido Popular o el 1% de los 50.000 millones del rescate a la banca de Rajoy. La diferencia es que, en este caso, los 500 millones del Gobierno harán posible una inversión privada de 3.000 millones que generará 15.000 puestos de trabajo. Es, pues, momento de felicitar al president, Ximo Puig, al presidente Pedro Sánchez, al alcalde de Sagunto, Darío Moreno, también a la Unión Europea --ya que tan solo se construirán dos proyectos de este tipo en toda Europa y también contará con fondos europeos a través de los PERTE--, así como a todos los que han hecho posible que la multinacional alemana ratifique la mayor inversión industrial en medio siglo para la Comunitat. Estoy seguro de que Vila-real, ubicada estratégicamente entre los puertos de Castellón y de Valencia y a apenas 32 kilómetros de Sagunto, también podrá aprovechar las oportunidades que este proyecto nos brindará como polo de atracción de nuevas inversiones.

Oportunidades de futuro

Pero, aunque contentos y orgullosos de que la decisión de Volkswagen vaya a repercutir en oportunidades de futuro para nuestro territorio, no podemos ni debemos olvidar el presente. Nuestra cerámica agoniza. Un sector que genera 16.000 puestos de trabajo y supone el 14% del PIB de la Comunidad y el 20% del PIB provincial está tocado de muerte por la crisis de precios y de costes energéticos.

Aplaudimos las oportunidades de futuro, pero no podemos dejar morir el presente. Miles de puestos de trabajo están en peligro, ERTE, paros de producción, cierres… La cerámica se muere y sería una gran irresponsabilidad histórica permitirlo. Porque, con la cerámica, morirá también nuestra provincia, tal y como la conocemos. No podemos obviar que las administraciones competentes, el Gobierno y la Generalitat, han tomado medidas para aliviar la situación, pero tampoco podemos caer en la autocomplacencia: no son suficientes.

Debemos tomar ya decisiones contundentes y valientes, como se ha hecho también en el caso de la gigafactoría de Sagunto, para garantizar la viabilidad de nuestra industria. De lo contrario, las fábricas se irán a producir a otro sitio, si no acaban cerrando definitivamente.

La nueva Vila-real del siglo XXI, la nueva Castellón del siglo XXI, la Comunitat, España o Europa no se entenderán sin el megaproyecto de Sagunto y la transformación que representa, pero tampoco se entenderán sin la industria azulejera y todos sus sectores auxiliares. Porque ningún futuro es posible si no se asegura el presente.

Alcalde de Vila-real

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