Gobierno contra gobierno

En el gran teatro de los padres de la patria, donde se han producido los mejores y peores episodios de la historia de España, desde que fue inaugurado por la reina Isabel La Chata en octubre de 1850, ayer se escenificó uno de los episodios más patéticos vividos por el parlamentarismo español. El Gobierno fue contra el Gobierno, con ausencia de Pedro Sánchez, y la oposición del PP, puesta en pie, aplaudió la rectificación de la ley popularmente conocida como del sí es sí. 

Un plumilla con retranca asegura que advertidos por el rumor del hemiciclo mudaron el rostro hasta los leones de Ponzano, que son de bronce. Días antes, Sánchez Pérez, con tono escénico, pidió perdón a las víctimas de tan lamentable traspiés legal, por cuya enmienda lleva días llorando, cual Magdalena, la vicepresidenta Irene Montero, que ayer intentó consolar la también ministra de Podemos, Ione Belarra, ambas de riguroso morado. Indumentaria que algún observador relacionó con la mortaja. La expodemita y ahora superwoman dentro y fuera del Ejecutivo, Yolanda Díaz, lucía brillante melena de rubio peluquería y vistosa chaqueta verde primavera, nada de mortaja. Las pocas ministras socialistas presentes del tripartito que dirige el país mostraban rictus más propios de velatorio que de quienes han ganado una votación. Reveladores los caretos de Pilar Llop y María Jesús Montero mientras sonaban los aplausos del PP, cuyo apoyo ha sido decisivo para la reforma. 

Cínica intervención

Como guinda la cínica intervención de la socialista Andrea Fernández dirigiéndose al PP: «Saben que solo hemos acordado enmiendas técnicas». Enmiendas indispensables, se le olvidó añadir a la secretaria de Igualdad del PSOE. El tripartito continúa. ¿Hasta cuándo?

Periodista y escritor

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