AL CONTRATAQUE

Los 'Constitucionalistas'

Germán Renau

Germán Renau

Las protestas de la ultraderecha han llegado a Castellón. Digo ultraderecha y no derecha y ultraderecha como se suele hacer cuando la gente se refiere al PP y a VOX porque en el Partido Popular parece que ya han perdido el norte y se han lanzado en brazos de la radicalidad más trasnochada.

Estos últimos días hemos podido ver a presidentas y expresidentas del PP madrileño diciendo que "nos han colado una dictadura por la puerta de atrás” o directamente lanzándose a la calzada para cortar el tráfico en la calle Ferraz (este fue el primer acto "insurgencia" de esas manifestaciones, para que no olvidemos quienes incitan a la violencia).

El pasado viernes vivimos en Castellón la primera manifestación de estos demócratas constitucionalistas frente a la sede de un partido político: el PSOE. Y es curioso que lo hagan así, en lugar de utilizar los mecanismos democráticos establecidos, como el debate en las instituciones o la participación ciudadana en unos comicios. Pero claro, elecciones hubo hace bien poco y no obtuvieron el resultado esperado, por lo que no pueden formar gobierno. Y la ultraderecha del PP y de VOX no sabe perder. No sabe estar en la oposición.

Cada vez que pierden unas elecciones se manifiestan pidiendo elecciones. Cada vez que no gobiernan tachan a los gobiernos progresistas de ilegítimos o usurpadores y piden elecciones. Y seguirán pidiendo elecciones mientras no las ganen porque su problema es que no entienden la democracia. No entienden que la mayoría que representa al pueblo que vota es quien marca las políticas de un país. Son incapaces de reconocer que, aunque el PP haya sido el partido más votado el pasado 23J, es incapaz de armar una mayoría suficiente para formar gobierno. Y son incapaces de reconocer que el Partido Socialista sí ha sido capaz de tejer los acuerdos necesarios para obtener esa mayoría. 

Siguen con su cantinela de que no se puede formar gobierno sin haber ganado las elecciones. Y eso lo dicen Ayuso, Moreno Bonilla, Mañueco, Guardiola o Almeida, que gobernaron mediante pactos con VOX cuando el PSOE había ganado las elecciones en sus territorios.

La hipocresía del PP no tiene límites, pero la desvergüenza de VOX alcanza cotas insospechadas. Porque el pasado viernes, en la manifestación de demócratas constitucionalistas frente a la sede del PSOE, teníamos al frente de la pancarta a su diputado nacional, Alberto Asarta, o, lo que es más grave, al concejal de Seguridad Ciudadana de Castelló, Antonio Ortolá, o lo que resulta ya indecente, a la presidenta de Les Corts, Llanos Massó.

Y estas tres presencias no tienen excusa posible, porque el primero dispone de mecanismos suficientes de control parlamentario como para no tener que gritar improperios frente a la puerta cerrada de la sede de otro partido. El segundo es quien da órdenes a la Policía Local de Castelló, que debe velar por la seguridad en nuestro municipio, pero fue él el que encabezó una manifestación que acabó en disturbios y vandalismo, incluso con detenidos. Y la tercera, porque ostenta un cargo que debe estar por encima de la ideología, porque preside y ordena el debate político en nuestra comunidad autónoma y se supone que debe ser una representante imparcial de todos los ciudadanos.

Ni demócratas ni constitucionalistas

Estos demócratas constitucionalistas no son ni lo uno ni lo otro. No son demócratas porque son incapaces de aceptar los resultados de las urnas y de entender que, en un sistema parlamentario como el nuestro, es investido presidente el que reúne la mayoría de los votos en el Congreso de los Diputados. No son demócratas porque no respetan la voluntad popular y niegan la capacidad del Partido Socialista de formar gobierno.

Y, por supuesto, no son constitucionalistas por muchísimos motivos. Para empezar, porque entre sus filas encontramos banderas fascistas, franquistas, antidemocráticas y anticonstitucionales. Y no lo son por los cánticos xenófobos y fascistas que lanzan en sus manifestaciones.

Tampoco lo son porque han necesitado que diez vocales del Consejo General del Poder Judicial, con sus mandatos caducados desde hace cinco años, -exactamente los que el Partido Popular lleva en la oposición- se pronuncien sobre una ley que aún no existe, rompiendo la separación de poderes y tratando de ejercer de legisladores.

No son constitucionalistas porque no entienden que, si están contra una ley, la de amnistía, podrán debatirla en el Congreso, donde la democracia que no entienden les ha dejado en minoría, y eso unido a que tratarán de boicotearla en el Senado, donde ya han intentado manipular el reglamento a su conveniencia para bloquear su tramitación durante el máximo tiempo posible. 

Y luego, por supuesto, la llevarán al Tribunal Constitucional, donde llevan todas las leyes que no les gustan porque "rompen España", como la ley de Educación, o la ley de Eutanasia, o el Ingreso Mínimo Vital, o la ley del Aborto, que estuvo 13 esperando sentencia y que finalmente ha sido declarada constitucional. 

PP y Vox no respetan el sistema porque, en definitiva, no creen en él. Llevan toda la vida diciendo que "España se rompe", pero debe ser mucho más resistente de lo que ellos piensan, porque yo miro alrededor y solo veo grietas entre quienes piensan como ellos. 

Quienes creemos en el progreso sabemos que la normalización política de nuestro país es imprescindible, y un gobierno progresista encabezado por Pedro Sánchez es más necesario que nunca. Pueden seguir con su ruido y así solo nos quedará decir aquello de "ladran, luego cabalgamos..."

Secretario general del PSPV-PSOE de Castelló

Suscríbete para seguir leyendo